EL CASTIGO DE NUESTRO PECADO
Nuestro pecado no puede quedar sin ser castigado, merecemos ser juzgados por nuestra maldad, y el resultado del juicio no es otro que la condenación eterna, por lo que si fuéramos al infierno no tendríamos argumento válido que nos justificara para no estar allí, aun así el amor de Dios se ha demostrado en nosotros en que aun siendo pecadores Jesucristo vino para justificarnos, es decir para darnos la salvación de la condenación eterna que por justicia merecemos. “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53: 5 (RVR 1960) El Señor pagó el castigo de nuestro pecado, pero no el de todos sino el de aquellos que por medio de la fe en Jesucristo se han acercado a Dios, quienes se han arrepentido y ordenado sus caminos en la Luz quien es Jesucristo, porque por gracia somos salvos, por medio de la fe y esto no es de nosotros porque es un regalo que no mer...