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Mostrando entradas de agosto, 2016

DISFRUTANDO DE UN NUEVO DÍA

Al percibir el comienzo de un nuevo día nos debemos gozar de las nuevas oportunidades que podremos aprovechar. No podemos perder la ocasión de mejorar, de escuchar, de hablar, de comentar, de orar, de leer, de jugar, de caminar, de correr y de, creería que es lo más importante, reconciliarnos. En un día pueden ocurrir situaciones bastantes adversas, como las ofensas de nuestro jefe, una discusión con nuestros padres, las groserías de un profesor, o cosas semejantes a estas, las cuales nos deben hacer recordar las palabras de Jesucristo, quien dijo: “…Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo…” Efesios 6: 5 (LBLA) En medio del irrespeto en el que se nos dirigen nuestros jefes, profesores, padres, o, aun, nuestros pares, debemos contestar siempre con palabras de amor, como nos enseñó nuestro Señor, porque en este camino de obediencia a Dios hay verdadera esperanza, fortaleza y riquezas que van má

¿QUIÉN SOY YO PARA JUZGAR?

Una de las preguntas que nos llevan, inmediatamente a la reflexión, es ¿Quién soy yo para juzgar? Es uno de esos interrogantes que hacen callar hasta al hombre que, aparentemente se muestra como el más limpio, porque no existe argumento válido que nos haga ser dignos de asumir ese puesto de juez. La conciencia no debe ser ignorada, ni mucho menos manipulada, sino estimada en alto, puesto que es esta la que acompaña a la inteligencia. Seamos sensatos, no asumiendo una posición que no nos corresponde, porque en aquello que juzgamos también caemos. No somos firmes porque, tal como ocurre con la ley de la gravedad, nuestro hombre natural está en continua caída. Día a día nuestras fuerzas van disminuyendo mientras seguimos discutiendo por banalidades que nada edifican a nuestro ser integral (cuerpo, alma y espíritu). No necesitamos más trabajo, más dinero, mejor transporte, mejor educación, un mejor sistema de salud, ni nada que se asemeje a esto, sino requerimos con urgencia ser. N

¿ES POSIBLE GLORIFICAR A DIOS EN MEDIO DE LA ESCASEZ?

No es fácil vivir con un corazón gozoso en medio de la pobreza como tampoco lo es estar agradecido con Dios cuando nos falta el dinero. La tortura en carne al estar sometido a alguien por una deuda o la preocupación al no salirnos las cosas bien, son el resultado natural de vivir en una tierra maldecida por el pecado. Mas los hijos de Dios no debemos preocuparnos, porque Dios es nuestro proveedor. “Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.” Salmos 37:16 (RVR 1960) El justo, no por sus obras sino por la gracia de Dios, manifestada en la Obra Redentora de Jesucristo, tiene más riquezas delante de Dios que los muchos pecadores, porque para Dios es mejor la integridad que la avaricia. No es edificante pensar en la escasez, en lo poco que tienes, como lo es en glorificar a Dios en medio de la escasez. Pablo dejó su cochina vida atrás para servir a Dios de corazón y, aunque su vida fue transformada por el Espíritu Santo, no siempre le fue fácil vivir en l