LA BATALLA INTERNA
La batalla interna que un creyente libra a diario es muy pesada, deprimente y desgastante cuando se da en sus propias fuerzas, es decir cuando no se hace lo que Dios quiere sino lo que uno quiere, porque se nos olvida que no estamos para servirnos sino para servir al que compró con su sangre nuestra vida, entonces recordemos quien nos libró y para que, porque no somos libres para hacer lo que nosotros queremos en nuestra vanidad sino para hacer lo que Dios quiere que hagamos que es verdadera libertad. Nuestro enemigo busca constantemente vernos destrozados, vueltos una nada, en la ruina total, por eso nos seduce con su falsedad de belleza, así como hacían las sirenas en las leyendas de Homero, para que cayendo en su engaño seamos derrotados, por lo tanto tengamos mucho cuidado porque el enemigo más peligroso es aquel que parece ser el más amistoso, su engaño es sutil y letal al mismo tiempo, es similar al del cazador con la gacela, la busca atrapar constantemente por medio de t