¡DE HECHO Y EN VERDAD!
Nuestras computadoras y televisores han sido llenas de métodos de seducción, de maneras de buscar amor y de otras absurdeces semejantes, pues lo que ha propuesto este sistema, en referencia al amor, es que con las palabras se puede conseguir y demostrar, pero eso no es verdad. Lo que sale de nuestra boca es importante, porque con nuestra lengua podemos bendecir o maldecir a nuestro hermano, pero los hechos siempre serán más transcendentales que las palabras. En un hogar ya constituido es bastante claro para el hombre que los hechos pesan más que los discursos, porque el pañal de un bebe no aparece con solo decirlo, sino hay que trabajar para obtenerlo, y el marido demuestra su amor hacia su mujer trabajando con alegría para ella y para sus hijos. Ese es el amor de hecho y en verdad que nos enseña la Biblia. “Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” 1 Juan 3: 18 (RVR 1960) Si vemos que nuestro hermano está pasando necesidades y, teniendo la