JUVENTUD MÁS QUE VENCEDORA

El hacer es una obra que requiere de esfuerzo, no es sencillo, pero es importante para nuestro crecimiento, cuando el hacer es en lo bueno. Aun asi es necesario trabajar en el área del ser antes que del hacer, porque si nuestra mirada está en el hacer, en lo que a Dios le agrada, sin conexión con nuestro ser, es un camino de mediocridad. El evangelismo como el discipulado hablan mucho del hacer, pero hablan mucho mas del ser, porque no se hace un evangelismo y discipulado conforme a la voluntad de Dios si primeramente no hay un trabajo en el ser. Por lo anterior es necesario que antes, en medio y después de evangelizar o discipular examinemos nuestro corazón, pretensiones y deseos ante Dios, si son o no adecuados conforme a la Ley de Dios, de no serlo arrepentirnos ante el Señor que es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad. Este examen continuo llevara muy probablemente a un continuo arrepentimiento, por esta razón decimos que el camino del creyente es un camino

Estamos en un mundo maldito y condenado por la Justicia de Dios. Nadie merece la Misericordia de Dios, solo merecemos la Justicia de Dios debido a nuestro pecado, por lo que si Dios quiere tener Misericordia de alguien, puede hacerlo, es Soberano. “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.” Juan 15: 16 (RVR 1960) No puede haber una persona que diga merecer la Gracia de Dios, porque nadie la merece, pero si merecemos ser castigados, todos, eternamente en el infierno. Aun asi tampoco se cree que el Señor rechace al que viene a Él, como dice Juan 6: 37: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” Una persona que va a Dios pidiendo su Misericordia, teniendo un corazón contrito y humillado, dirigido en la fe en Jesucristo, ha sido regenerada, porque ha sido elegida por Dios, no que

¿Merecemos algo? Si y no es un hermoso lugar, lleno de lujos y placeres, sino uno oscuro y tormentoso. Merecemos el más grande castigo porque hemos pecado con el Más Grande Ser, no hemos pecado contra un simple mortal, ni un simple ser celestial, sino contra el Creador de todo el Universo. ¿Sería Dios injusto si nos mandara a un castigo eterno? De ninguna manera, porque es Justo y Soberano, de tal manera que ha determinado conforme a su Ley la muerte para el que desobedece su Ley y todos hemos pecado, desobedeciendo su Palabra. No habría injusticia en El si todos perecemos en las eternidades de las llamas infernales, porque es Soberano y juzga conforme a determinado, pero en Su Gracia ha justificado a quienes ha querido por medio de la fe. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Di

El tema central del evangelio es Jesucristo, y nuestra vida debe ser centrada en el evangelio cada día, por lo tanto, cada día nuestro pensamiento central, nuestro objetivo y propósito principal debe ser glorificar a Jesucristo. Nadie ni nada más tiene más valor que Jesucristo, para nosotros Jesucristo debe ser lo más importante, no solo porque nos lo han dicho sino porque hemos comprendido que es verdad, que nada podemos hacer separados de Él. “Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí nada podéis hacer.” Juan 15: 5 (LBLA) Permanecer en el Señor es lo mejor que podemos hacer, es disfrutar su dirección, sus instrucciones, es amar su Palabra y procurar obedecerla, es luchar contra todo aquello que nos estorbe para ser fiel a nuestro Señor. Por lo anterior vivir solo para Jesucristo es lo mejor ¿Cómo no disfrutarlo? “En gran manera me gozaré en el Señor, mi alma se regocijará en mi Dios; porque Él me ha ves