NO TODOS SON SUS HIJOS
Ser llamado hijo de Dios es un derecho de solo quienes por gracia de Dios han recibido y creído en el nombre de Jesucristo, como enseña Juan 1: 12:
“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan 1: 12 (RVR 1960)
No hay otro nombre en el que podamos ser salvos y llamados hijos de Dios sino en el nombre de Jesucristo, por lo tanto no es verdad que en nombre de nuestras obras o aparentes buenas intenciones somos aceptos por Dios sino solo por medio de Jesucristo. No significa lo anterior que las obras humanas sean en absoluto malas sino que sin Jesucristo ningún obra humana tiene verdadero valor para la eternidad, por lo tanto antes de pretender hacer “buenas obras” es necesario comprender que sin Jesucristo nada de lo hagamos será bueno, porque solo es en Jesucristo que podemos ser llamados hijos de Dios para buenas obras y no que somos llamados a hacer buenas obras para ser hijos de Dios, por lo tanto procuremos primero conducir a todo hombre al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo es decir a la reconciliación con Dios, porque solo en Dios es posible ser llamados hijos de Dios.
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