VIVIR CON UNA BUENA CONCIENCIA
El orgullo es el mayor deleite del pecado por lo que vivir con buena conciencia es dejar a un lado el orgullo, someterse a Dios y a su Palabra, no agradar a la carne, al mundo, ni a satanás. No es fácil ir en contra de la corriente, en contra de nuestro pasado pecaminoso, en contra de los deseos del viejo hombre, porque en ese camino hay bastante presión, pero cuando nuestra confianza esta puesta primeramente en Dios entonces deja de importar lo que otros piensan, como la historia que cuentan algunas personas de un pianista. Hace un tiempo un pianista tocaba para un público bastante grande y al finalizar su presentación todos aplaudieron pero el pianista no lucia feliz por lo que uno de los que le acompañaba le preguntó por la razón de su descontento a lo que el pianista contestó señalando a un hombre y dijo -él no me aplaudió, - es solamente un hombre, son muchos más los que te aplaudieron- le respondió su amigo, pero la respuesta del pianista fue asombrosa al decir – No me importa si todos me aplaudieron, eso no es tan importante como que el me aplaudiera porque ese hombre de allí fue mi profesor de música y el realmente si sabe lo que es la música, por eso es que si solo él me hubiera aplaudido y los demás no, con eso estaría satisfecho, pues sabría que lo hice bien.
La historia del pianista debe ser nuestra historia también pero en el área espiritual, en donde nos importe principalmente agradar a Dios aunque eso signifique desagradar a todas las personas. No crees que sería maravilloso pensar de la misma manera que lo hicieron personas valientes y de un hermoso testimonio como lo fue Pablo, quien dijo:
“Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.” Gálatas 1: 10 (LBLA)
Comentarios
Publicar un comentario