COMPASIÓN PARA LAS VIUDAS Y LOS HUÉRFANOS
Las viudas y los huérfanos han sido una de las poblaciones más vulnerables al desánimo y desaliento del alma y el espíritu. Tener compasión de los más débiles es demostrar con los hechos tu adoración a Dios, porque adorar a Dios no es solo cantar canciones de alabanza a su nombre sino es una vida que le agrade, es amar a nuestro prójimo, porque no es posible amar a Dios sin tener compasión de nuestros hermanos.
“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba donde esta Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra” Colosenses 3: 1 (RVR 1995)
Si nos cuesta amar a nuestro prójimo es porque tenemos problemas en nuestra relación con Dios, por lo que es necesario examinar nuestro corazón a la luz de las Escrituras, arrepentirnos y buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas para seguirla y obedecerla.
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