¿TE DA VERGÜENZA COMPARTIR EL EVANGELIO?

“Hace que todos dejen de trabajar para que contemplen su poder” Job 37: 7 (NTV)

Estamos en tiempos en donde personas han tenido que confinarse en su casa, por la epidemia, lo que, a muchos a causado preocupación, porque se han acostumbrado a tener el control de su vida y de quienes le rodean. Pero, todo lo que estamos viviendo ocurre por Dios, con un propósito, que contemplemos su poder, para que nos humillemos ante El.

Las personas no pueden seguir pensando que pueden vivir su vida a su manera, como mejor les parece, es necesario que hagan un alto y empiecen a poner su mirada en quien tiene el control de todo, Dios. El centro del evangelio es Dios, aunque muchos quieran desmeritar las maravillosas obras de Dios, sabemos que Dios es superior a todo hombre y a todo ser creado, por lo tanto, darle gloria a Él es lo más sensato.

La mal llamada ciencia no tiene interés alguno en Dios, porque quienes la están dirigiendo son huestes infernales que solo les interesa rebelarse en contra de Dios para hacer su propia voluntad. Aun así, Dios ha sido bueno para con el hombre y le ha dado redención.

“Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5: 8 (RVR 1960)

Lo que muchos que se hacen llamar sabios, eruditos y estudiosos quieren ignorar es en lo que más deberían meditar, me refiero a la Palabra de Dios, porque es a través de la Biblia que conocemos el evangelio, las buenas noticias, que nos hablan de Cristo Jesús y su Obra de Redención. Es su obra, la que el Señor quiere que contemplemos y reconozcamos en nuestro corazón, porque solo por medio de Jesucristo podemos ser santos, nuevos, buenos, para ir al Padre, porque nadie viene al Padre sino por medio del Hijo.

El evangelio es muy sencillo, pero es bastante rechazado, aun así, no podemos avergonzarnos del mismo, porque es poder de Dios. No es tan importante si los demás lo reciben o no, lo que importa es que tú lo creas en tu corazón y no te avergüences de compartir a los demás de lo que Cristo ha hecho en ti.

“No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree…” Romanos 1: 16 (RVR 1995)