LA RAZÓN DEL MANDAMIENTO ES EL AMOR

“Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite.” Romanos 14: 19-21 (RVR 1960)

Usemos la libertad que, gracias a Jesucristo, hemos recibido para perseguir la paz, para procurar construirnos, en vez de destruirnos. No somos libres para hacer el mal, sino por el contrario, el propósito de nuestra libertad es vivir haciendo el bien, en contra de todo mal. Todo lo bueno que ha definido Dios para el ser humano se encuentra de manera resumida en los diez mandamientos (Éxodo 20, Deut. 5: 1-21), pero su esencia es mucho más clara en la respuesta de Jesús a un intérprete de la Ley sobre ¿Cuál es el más grande mandamiento de la ley? Escrita en Mateo 22: 37-40:

«AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU ALMA, Y CON TODA TU MENTE. Este es el grande y primer mandamiento. Y el segundo es semejante a este: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas».” (NBLA)

La esencia, el espíritu de toda la Ley, es el amor. Cada mandamiento esta lleno de amor, empezando por el primero en el que dijo Dios “No tendrás otros dioses delante de Mí”, la razón es el amor verdadero sobre todas las cosas al Señor, el Dios Único y Verdadero, es asi que los primeros cuatro mandamientos se basan en el amor a Dios y los últimos seis se fundamentan en el amor al prójimo. ¿Por qué no debemos cometer adulterio? Por amor a nuestro prójimo, ¿Por qué no debemos dar falso testimonio contra nuestro prójimo? Por amor a nuestro prójimo, que nos termina beneficiando tremendamente tambien a nosotros. En este contexto, podemos tambien preguntarnos ¿Por qué no debemos hacer tropezar a otros con lo que comemos? Por amor a nuestro prójimo, a nuestros hermanos. Es algo que debemos comprender con mucho cuidado, el texto no esta alimentando al legalista que prohíbe comer algunas cosas, porque todas las cosas a la verdad son limpias, sino es un llamado a la prudencia para aquellos que estaban saliendo del judaísmo, y en estos dias tambien nos podemos encontrar con estos hermanos nuevos en la fe que salieron de religiones judaizantes, por lo tanto debemos tener paciencia con ellos por amor a ellos.

Debemos ver a nuestro hermano con amor, porque son obra de Dios, igual que nosotros, por lo tanto, como escribió el apóstol Juan “Si alguien dice: «Yo amo a Dios», pero aborrece a su hermano, es un mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios a quien no ha visto.” (1 Jn. 4: 20). Demostramos nuestro amor a Dios en el amor a nuestro hermano. Tengamos mucho cuidado con las intenciones de nuestro corazón, no provoquemos a nuestro hermano a cometer ningún pecado. Terminemos con una última ilustración, si alguno que ha salido del alcoholismo ve todo tipo de vino como pecado, entonces respetemos a su conciencia y evitemos ofrecerle o tomar vino delante de él, porque puede ser causa de tropiezo para él, muy probablemente le incitaría a volver a aquella adicción que había abandonado. De la misma manera procuremos hacer con todo tipo de comida o bebida que sepamos puede servir de tropiezo o caída para nuestro hermano, y recordemos que la razón de obedecer a Dios, de cada mandamiento que nos ha dado, es el amor, primero a Dios y luego a nuestro prójimo.

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