DIOS, EL CREADOR DE TODO, DEL MUNDO ESPIRITUAL Y MATERIAL EN SEIS DIAS


En estos dias de tanta apostasía y enseñanzas erróneas es necesario volver una vez más a las Escrituras que nos enseñan al Dios verdadero, Creador de todo el universo. En este apartado vamos a hablar de Dios, el Creador de todo, refutando esos pensamientos ateos del panteísmo, la evolución y de la generación espontánea, que han sido las doctrinas falsas más populares con respecto al origen del Universo.

En primer lugar es necesario ser claros en que no existe una manera humanamente razonable para evidenciar la existencia de Dios, pero mucho menos hay una manera sensata de determinar la no existencia de Dios. Puesto que lo anterior es una tarea imposible, no estaremos tratando de convencer bajo argumentos racionalistas la existencia de Dios, sino solo lo haremos partiendo de la fe en la autoridad de las Escrituras que revelan al Dios único y verdadero, Creador de todo el universo.

“Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.” Hebreos 11: 3 (RVR 1960)

Dios es Creador de todo lo que existe, es quien hizo todo el universo, lo hizo por Su Palabra, pero lo hizo aparte de sí mismo, es decir que no es que se haya hecho universo o Él sea el universo, pero si lo creó ¿De dónde lo creó? De ninguna materia preexistente sino por su Palabra.

El Creador del universo creó todo solo diciéndolo y fue hecho, como enseña claramente Genesis 1. Dios, como Creador esta sobre su creación, no está sujeto a ella, en palabras de Chamberlin: “el Creador contiene al mundo, pero este no le contiene a Él”.[1] Dios no es todo pero si creó todo, por eso contiene, encierra todo el mundo, mostrando completo control del mismo, nada se puede escapar de Él, todo está sujeto, dependiendo de manera absoluta de Dios, pero Dios no depende de nada ni de nadie.

La creación no controla a Dios, no lo hace cambiar, porque Dios es inmutable, es diferente a toda su creación, es Santo, que quiere decir, entre muchas cosas, que es de una Naturaleza Única que no comparte con nada ni nadie, como escribió Cruz: “El Dios que se revela en la Biblia no está atado a su creación, no empieza a existir con el universo”[2]

Dios creó todo en seis dias, “la Biblia nos enseña claramente que Dios creó los cielos y la tierra “y todo el ejército de ellos” en seis dias, Gen. 2: 1; Ex. 20: 11”[3].  El termino teológico para lo anterior es: Hexamerón, que significa que seis dias fueron los que el Señor usó para crear todo, cada día de 24 horas, dias ordinarios, como bien lo dijo Berkhof:

Cada uno de los dias mencionados tienen exactamente una tarde y una mañana, lo que difícilmente podría aplicarse a un periodo de millares de años. Y si se dijera que los periodos de la creación fueron dias extraordinarios consistiendo cada uno de un largo día y de una larga noche surgiría naturalmente la pregunta: ¿en qué se convertiría toda la vegetación durante aquella larguísima noche?[4]

Muchos teólogos que dicen creer en Dios han optado por mezclar la enseñanza bíblica con la idea de la evolución, promoviendo una interpretación alegórica a Genesis 1, pero esto es un error que niega la Autoridad de las Escrituras y prefiere darle una autoridad mayor a la mal llamada ciencia. Aun los primeros padres de la Iglesia mostraron su clara comprensión del texto de Genesis 1, como una narración histórica y verdadera.

Teófilo fue el primer padre de la Iglesia que mostró en el hecho de que los dias de la creación fueron dias literales. Este parece haber sido tambien el concepto de Ireneo y de Tertuliano, y con toda probabilidad fue el concepto común de la Iglesia.[5]

Las falsas interpretaciones del texto bíblico se empiezan a dar principalmente por el orgullo que quería centrar al hombre en cada pasaje de las Escrituras, de tal manera que buscaban alegorizar cada pasaje bíblico para obtener una reflexión filosófica encaminada a su propio ego. Asi hicieron Clemente y Orígenes lamentablemente:

Clemente y Orígenes imaginaban la creación como ejecutado en un solo indivisible momento, y concebían que su descripción como la obra de varios dias era únicamente un arreglo literario para describir el origen de las cosas en su orden de importancia o en su conexión lógica. La idea de una creación eterna enseñada por Orígenes fue generalmente rechazada. [6]

La pretensión de conectar una ciencia humanista con la interpretación de las Escrituras siempre generara una desconexión al significado del texto, por lo tanto desde la Escritura se rechaza toda idea contraria a ella, porque la Biblia es la Verdad y no necesita ser mezclada con pensamientos humanistas, sino como bien dijeron los reformadores, la base de un verdadero cristiano debe ser la Sola Escritura.

La Sola Escritura significa sometimiento absoluto a la Biblia que es la Palabra de Dios, la cual no debe ponerse al mismo nivel que otro libro sino sobre todo libro o pensamiento. En la Biblia es posible conocer que Dios creó todo y como lo hizo, pero la evolución no responde a esto de manera correcta.

Algunos hablan como si la hipótesis de la evolución ofreciera una explicación del origen del mundo, pero esto es manifiestamente un error, porque esa teoría no hace tal cosa (…) La Escritura presenta al hombre colocado en el más alto plano desde el principio de su carrera, y luego cae al más bajo nivel debido a la deteriorante influencia del pecado; la teoría de la evolución, por otra parte, representa al hombre en su estado original apenas un poco diferente del bruto, y declara que la raza humana se ha levantado, mediante sus potencias inherentes a niveles cada vez más altos de existencia.[7]



[1] Daniel Chamberlin, La existencia y los atributos de Dios, trad. de Loida Viegas (North Bergen, NJ: Publicaciones Aquila, 2011), 89

[2] Antonio Cruz, El Dios Creador (Miami, Fl: Vida, 2005), 53

[3] Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Jenison, MI: T.E.L.L., 1988), 187

[4] Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Jenison, MI: T.E.L.L., 1988), 182-183

[5] Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Jenison, MI: T.E.L.L., 1988), 149

[6] Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Jenison, MI: T.E.L.L., 1988), 149

[7] Louis Berkhof, Teología Sistemática, trad. de Felipe Delgado Cortés (Jenison, MI: T.E.L.L., 1988), 189-190

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