SEAMOS DIFERENTES PORQUE EN ÉL LO SOMOS

El mundo ama solamente la vanidad, se preocupa constantemente por sus deseos corrompidos y es arrogante en su manera de vivir porque no tiene en cuenta a Dios en su vida ni tampoco le interesa. Ahora nosotros que hemos nacido de nuevo por gracia de Dios es necesario que marquemos una diferencia clara y visible para el mundo, no hagamos lo mismo que hace la mayoría sino que nuestro hacer siempre sea motivado en agradar primeramente a Dios.

 

“Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia” Juan 15: 18 (LBLA)

 

El mundo odia a Dios, no lo ama, por lo tanto no se nos debería extrañar que también nos odien, porque no estamos a favor de lo que promueven, sino en contra de sus engaños, pero si un cristiano dice que ama a Dios pero también ama al mundo es decir a los deseos de la carne, de los ojos y la arrogancia de la vida, entonces se está engañando a sí mismo, porque no podemos amar a Dios y al mismo también amar a aquello que odia a Dios, sino es necesario que cultivemos cada día más el amor a Dios en nuestra intimidad con El, estando atentos nuestros oídos a su maravillosa Palabra para poder vivir conforme a su voluntad en amor verdadero que consecuentemente y de manera natural marcara la diferencia en un mundo en el que la mayoría carece de criterio e identidad verdadera porque no han conocido a Dios.