AUNQUE LA HIGUERA NO FLOREZCA

No es tan difícil glorificar a Dios cuando todo nos sale como queremos, hasta en muchos lugares lo han vuelto en algo doctrinal, porque dicen cosas tales como que si económicamente estas bien significa que espiritualmente estas bien, pero si por el contrario no estás bien con tus finanzas o perdiste un trabajo es porque no estás bien con Dios, bueno algo muy similar le dijeron los amigos de Job a Job, pero no era verdad, no siempre nuestra relación con Dios define nuestros ingresos económicos, porque muchas personas han adquirido bastante dinero y ni temor de Dios han tenido, como también han habido personas con poco dinero pero con un gran temor a Dios y a su Palabra. En muchos casos Dios permite problemas económicos en sus hijos para probar su fe y fortalecerla, porque si su fe está fundada en el dinero no es una fe genuina. Por lo anterior siervos de Dios como Habacuc confesaron desde su corazón:

 

“Aunque la higuera no eche brotes,
ni haya fruto en las viñas;
aunque falte el producto del olivo,
y los campos no produzcan alimento;
aunque falten las ovejas del aprisco,
y no haya vacas en los establos,
con todo yo me alegraré en el Señor,
me regocijaré en el Dios de mi salvación.”

Habacuc 3: 17-18 (LBLA)

 

Lo más importante en nuestra vida no debe ser un trabajo, ni un estudio, ni tampoco el dinero, ni siquiera una familia sino debe ser alegrarnos en el Señor aun cuando todo parezca oscuridad y tenebrosidad, no significa que no debamos trabajar, ni estudiar o que el dinero sea malo sino que si eso es lo primordial en nuestra vida y no el gozo en el Señor entonces estamos dirigiéndonos a un camino de frustración y destrucción, pero que si el regocijarnos en Dios es nuestra más grande meta sin importar las circunstancias entonces vamos en buen camino.