¡NO HAY RAZÓN PA’ UFANARNOS!
Los cristianos israelitas y
los cristianos gentiles enfrentaron muchas discusiones necias, emanadas
principalmente del orgullo, como ha ocurrido a través de la historia entre
diferentes grupos de cristianos, por lo que Pablo exhorta a los gentiles que habían creído en el
evangelio a dejar a un lado todo tipo de arrogancia, como dice Craig S. Keener
en el comentario del contexto cultural de la Biblia:
“Anteriormente, en Romanos Pablo se había
opuesta a la arrogancia judía contra los gentiles; aquí se opone a la
arrogancia gentil contra los judíos” (p.
436)
No tiene sentido que los gentiles
cristianos (no israelitas) se jacten contra los israelitas como tampoco que los
israelitas fanfarroneen contra los gentiles , como si alguno fuera merecedor de
la gracia del Señor, recordemos que anteriormente en el AT (Antiguo Testamento)
los gentiles aunque eran una minoría podían llegar a ser parte del pueblo de
Israel, ser contados como uno más del pueblo, si habitaban entre este y seguían
la ley que Dios le había dado a Israel como dice Éxodo 12: 48-49, ejemplo de lo
anterior fue Rahab tatarabuela del rey David y Rut, la moabita, y bisabuela de
David, quienes hacen parte de la línea generacional de la promesa del Mesías(2
Samuel 7: 12-13; Mateo 1). Lo anterior nos enseña, una vez más, que el mensaje
del evangelio siempre fue pensado para todo aquel que cree, pero es importante
que no ignoremos como cristianos gentiles que el mensaje del evangelio fue
entregado primeramente al judío, por voluntad de Dios, es decir que han sido
los primeros a quienes el Señor ha invitado a la reconciliación.
Romanos es una carta apostólica
dirigida a los cristianos en Roma, quienes en su mayoría eran gentiles, y tenía como mensaje principal el evangelio
que enseña la justicia de Dios revelada por fe y para fe como dice Romanos 1:
17 “mas el justo por la fe vivirá”. Pero ¿Por qué parece haber prioridad para
los judíos en el evangelio?...
“¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha
la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha
sido confiada la palabra de Dios.”
Romanos 3:1-2
Israel como pueblo ha tenido
prioridad en el evangelio por ser históricamente el pueblo escogido de Dios (Génesis
12; Nehemías 9; Deuteronomio 14). Así mismo dice Deuteronomio 14: 2 al pueblo
de Israel “Jehová te ha escogido para que
le seas un pueblo único de entre todos los pueblos que están sobre la tierra”
y Amós 3: 2 “A vosotros solamente he
conocido de todas las familias de la tierra”.
Aunque Israel fue el pueblo
que Dios escogió entre los pueblos, para darse a conocer a las naciones, muchos
israelitas rechazaron a Jesús, pero en esta sección de la carta a los Romanos
el Señor nos aclara que no ha desechado a su pueblo, Israel, aun cuando ellos sí
lo hicieron. Pero ¿Por qué Dios escogió a Israel como su pueblo?
“No por ser vosotros más que todos los pueblos os ha
querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de
todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso guardar el juramento
que juró a vuestros padres” (Deuteronomio 7.7-8)
La razón de que Dios
escogiera a Israel como su pueblo y no a otro pueblo o país es porque así quiso
y no es sensato cuestionar la voluntad de Dios. Continuando con la prioridad de
Israel en el evangelio podemos afirmar como evidencia de lo anterior que Jesucristo
vino como un israelita y llamó primeramente a Israel al arrepentimiento y a la
fe en El (Mateo 15: 24), así también los apóstoles fueron enviados por Dios a
ir primeramente a la ovejas perdidas de la casa de Israel (Mateo 10: 5-6) y
cuando Pablo iba a una nación gentil buscaba primeramente enseñar en la
sinagoga a los judíos que allí residían.
La nación de Israel en este
pasaje de las Escrituras es comparada a un árbol de olivo que crece bajo el
cuidado especial de Dios, pero pasa algo interesante y es que muchas ramas
parecen caer al dejar de buscar ser sustentadas por medio de la raíz quien es
Jesucristo, por lo anterior Juan el bautista dijo a los israelitas que se
creían lo mejor solo por ser israelitas:
“Por tanto, dad frutos dignos de arrepentimiento; y
no presumáis que podéis deciros a vosotros mismos: «Tenemos a Abraham por
padre», porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham de estas
piedras.” Mateo 3: 8-9
Nosotros somos llamadas
ramas de olivo silvestre, otro pueblo que no era pueblo, pero que por pura
gracia hemos sido injertados en el árbol de olivo para resplandecer y ser
sustentados por Cristo y su preciosa Palabra (Efesios 2: 11-13). En cuanto a la
promesa de salvación es dada únicamente a quienes se arrepienten y creen en
Jesucristo, sin importar su nacionalidad, por lo que en la promesa de ser parte
del pueblo de Dios y ser llamados hijos de Abraham en el sentido espiritual es
dado únicamente a los que se arrepienten y creen en Jesucristo, como dice
Gálatas 3: 7 “los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”.
En cuanto al evangelio se
puede afirmar que históricamente las personas naturalmente israelitas es decir
que hacen parte de la descendencia de Jacob han tenido prioridad, como escribió
John Pipper (1998)
“(…) tal como Dios escogió a Israel, se les reveló y les envió al Mesías Salvador, así la salvación viene de Israel. Era acomodándose a esto que Pablo les predicaba del Mesías y de las buenas de salvación primero a los judíos cuando llegaba a nuevos lugares." (1)
No somos israelitas en el
sentido físico, es decir hijos de sangre de Abraham, no se nos manda a
practicar los mismos decretos que el Señor dejó a Israel en el antiguo
testamento, pero hemos sido injertados por gracia y no por obras en el olivo
natural, es decir que somos israelitas en el sentido espiritual como dice
Romanos 9: 6, 25-26.
Como gentiles creyentes no
menospreciemos al pueblo de Israel, no ignoremos el antiguo testamento ni que
Dios escogió a Israel, por lo tanto no debemos jactarnos ni enorgullecernos
porque no hay razón para ello.
“El estado natural de cada uno de nosotros es ser
silvestre por naturaleza. La conversión es como el injerto de las ramas
silvestres en el buen olivo. El olivo silvestre se solía injertar en el fructífero
cuando este empezaba a decaer, entonces no solo llevo fruto, sino hizo revivir
y florecer al olivo decadente. Lo gentiles, de pura gracia, fueron injertados
para compartir las ventajas. Por tanto debían cuidarse de confiar en sí mismos
y de toda clase de orgullo y ambición” (Matthew
Henry, 1706, Comentario de la Biblia, p.891)
Después del orgullo viene la
caída (Proverbios 16: 18), por lo tanto tengamos mucho cuidado, seamos
humildes, sencillos y honremos al pueblo de Israel porque fue por medio de este
pueblo que Dios se dio a conocer al mundo, busquemos con diligencia la
bendición para Israel, porque aún sigue siendo un pueblo que ha sido cuidado y protegido
por Dios, lo vemos en la Biblia y, la historia, también evidencia como ha sido
guardado cuando muchos quisieron su exterminio, pero recordemos que la mejor
bendición que pueden tener los israelitas como cualquier otro pueblo es conocer
de Jesucristo, recibir el nuevo
nacimiento, por lo tanto compartamos del evangelio a los que son de Israel,
pero también a quienes no, porque el evangelio es dado a todos y el centro del
mensaje nunca fue el hombre sino siempre fue Jesucristo, es solamente en el que
hay salvación, verdadera bendición de Dios (Gen. 12: 3, Rom. 8: 37, Efesios 1:3).
[1]
John Pipper. Al judío primeramente y también al griego. Recuperado de https://www.desiringgod.org/messages/to-the-jew-first-and-also-to-the-greek?lang=es.
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