LA AUTORREGULACIÓN, LA MOTIVACIÓN Y LA PACIENCIA DE UN CREYENTE


La inmediatez, la globalización de una cultura mediática, entre otros factores, hacen que cada día sea más difícil tener autorregulación, motivación y paciencia. En estos tiempos se puede ver como las relaciones sociales son mediadas en su mayoría por el internet, al igual que está ocurriendo con la educación y aun para conseguir un trabajo, lo preocupante de esto es que se pierden muchos conocimientos que solo pueden ser adquiridos desde lo presencial, es decir desde la presencia de la otra persona.

En esta época, como deben ser en todas, el papel de la familia es de suma importancia, principalmente el de los padres y aún más cuando los niños son pequeños, porque son más frágiles al cambio ante un mundo caótico. Lo que en primer lugar debe comprender todo padre es que, aunque ninguna persona enseña a ser padre Dios si lo hace por medio de la Biblia. La Biblia enseña:

“Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en la disciplina e instrucción del Señor” Efesios 6: 4 (LBLA)

“El que escatima la vara odia a su hijo, mas el que lo ama lo disciplina con diligencia.” Proverbios 13: 24 (LBLA)

Un padre amoroso, según la Biblia, muestra amor a su hijo disciplinándolo, educándolo, criándolo en la instrucción y en los mandamientos del Señor. Pero un padre, aunque también sabe dar buenos regalos a sus hijos, no da mejores bendiciones de lo que Dios puede dar a aquellos que le obedecen.

“Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?” Mateo 7: 11(LBLA)

La motivación, autorregulación y la paciencia son tres factores que se entrelazan como si fueran una, para aprender a decir si y no, así como a continuar con firmeza en la rectitud del Señor, evitando ánimos dobles e inconstancias en el caminar.

“El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos.” Santiago 1: 8 (RVR 1960)

“Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40: 30-31 (RVR 1960)

Las debilidades del hombre son muchas, pueden llevarlo a caer, fatigarse y cansarse, por esta razón necesita reconocer su debilidad ante Dios, para que Él le de fuerzas, sabiduría y amor, así seguir adelante con motivación, autorregulación y paciencia.

“…el que cree que está firme, tenga cuidado, no sea que caiga” 1 Corintios 10: 12 (LBLA)


 

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