LA COBARDÍA ES PECADO
La
cobardía es sinónimo de miedo, es el significado trastornado de la prudencia y
es el silencio causado por el temor o, como lo define la real academia española
es la “falta de ánimo y valor” y las consecuencias de la cobardía nunca han
sido buenas, aunque en el momento parezcan ser la mejor salida.
En
el antiguo ejército romano era una completa deshonra tener a una persona
cobarde entre las filas, así como lo señaló Girves (1997)
"de entre todas las faltas que
se cometían en el seno del ejercito de Roma desde luego la cobardía, junto con
la deserción y el transfuguismo, era una de las más graves"[1]
La
cobardía es el mejor consejero para caer en el fracaso. Su misma definición y acción
comprueba que no es buena para ninguna persona, nación ni para un ejército, porque
está siempre buscara declarar la derrota. Pero su raíz no se encuentra en un
gobierno, en un sistema, ni en unas circunstancias, sino en la desobediencia a
Dios. El mismo Señor, Creador del universo dijo:
“Pero si no me oyereis, ni
hiciereis todos estos mis mandamientos, y si desdeñareis mis decretos, y
vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos,
e invalidando mi pacto, yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre
vosotros terror…” Levítico 26: 14-16 (RVR 1960)
No
cumplir la voluntad de Dios escrita en su Palabra conlleva a la cobardía, al
miedo y al fracaso, es esta la razón por la que se concluye, en esta corta reflexión,
en que obedecer a Dios, creer en Jesucristo y enseñar su Palabra es una acción de
valentía que siempre producirá los mejores resultados.
“Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.” 2 Timoteo 1: 7 (RVR
1960)
“Porque todo lo que es nacido de
Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.” 1 Juan 5: 4 (RVR 1960)
[1] Girvés,
M. V. (1997). Violación del sacramentum y crimen maiestatis: la cobardía en el
ejército de Roma. Habis,
(28), 167-177.
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