MISERICORDIA Y VERDAD


En este corto texto queremos hablar de dos atributos, unidos como si fueran uno solo, que constantemente escuchamos en las Escrituras con un gran énfasis, estos son: la Misericordia y la Verdad.

La misericordia se encuentra muy relacionada con la compasión, es una virtud de Dios, es decir que Dios es Misericordioso y es Misericordia, por lo tanto muestra Misericordia, pero tambien en una cantidad muy limitada hace parte del ser humano, aunque corrompida por su caída. No es tan importante la misericordia del ser humano como la es la de Dios, porque es en la Misericordia de Dios que el ser humano puede aprender misericordia y ser restaurado en verdadera misericordia. En primer lugar toda creatura creada a la imagen y semejanza de Dios, es decir todo ser humano, necesita reconocer dos atributos que son en verdad uno del Señor, como todos los demás: la Misericordia y la Verdad, porque la misericordia sin la verdad no significa nada y lo mismo pasa al contrario (2 Sam. 2:6).

No procuremos el conocimiento de la verdad sin humildad, porque eso nos puede llevar en un camino lleno de confusiones y lejos de la verdad, porque la verdad esta ligada a la misericordia. La Biblia enseña que un gran acompañante de un siervo de Dios es la misericordia y la verdad (2 Sam 15:20), no solo debe ser su compañía sino su caminar, porque todas las sendas del Señor son misericordia y verdad (Salm. 25:10) y es de esta manera que debe procurar vivir y enseñar, andando en la Verdad del Señor y poniendo delante de sus ojos la Misericordia del Señor (Salm. 26:3), lo cual debe ser la esperanza del creyente, porque Dios enviará Su Misericordia y Su Verdad (Salm. 57:3).

La misericordia y la verdad son el mensaje del evangelio, porque quien tiene misericordia de su prójimo le enseña la verdad de su proceder, un mensaje que revela la condición pecaminosa del ser humano para que pueda huir de su miseria y buscar la gran misericordia del Señor (Sal. 57:10). Así como la justicia y la paz se encuentran unidas en un matrimonio eterno, la misericordia y la verdad se han unido, y es gracias a la Misericordia y la Verdad del Señor que es expiada la culpa del que teme al Señor (Sal. 85:10, 89:14, 108:4; Prov. 16:6)

La iglesia no debe olvidar sino recordar constantemente estos dos grandes elementos del evangelio (Prov. 3: 3, Miq. 7: 20) que reciben todos aquellos que por la gracia de Dios han recibido el perdón de sus pecados, por medio de la fe en Jesucristo, pero los que viven del lado contrario, en la mentira y la soberbia solo pueden esperar su propia perdición (Prov. 14:22)

 

 “Gracia, misericordia y paz serán con nosotros, de Dios Padre y de Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y amor.” 2 Juan 1:3


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