El Nuevo Nacimiento (Parte 3)
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su
sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus
riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y
conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en
la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová.” Jeremías 9: 23-24 (RVR 1960)
En la iglesia puede
haber muchas personas con conocimiento de la Biblia sin un nuevo nacimiento,
ellos son llamados circuncidados incircuncisos o miembros de la iglesia no
convertidos, demostrando la Palabra que dice que no todo Israel es Israel,
porque la verdadera circuncisión no es la externa sino la interna, la hecha del
corazón.
“Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la
circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; sino que es judío
el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu,
no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.” Romanos 2: 28-29 (RVR 1960)
Un verdadero
circuncidado de corazón se huele, se ve, se escucha y se siente, porque es una
circuncisión hecha por la mano de Dios. Quien ha nacido de nuevo tiene una meta
asegurada, pero es horror lo que les espera a quienes son falsos maestros, por
lo tanto, tengamos cuidado con ellos (Filipenses 3: 2-3), no confiemos en los
hombres, porque esta es una característica de un incrédulo, no de un
regenerado.
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de
malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado” Salmos 1: 1 (RVR 1960)
El nuevo
nacimiento es evidenciado, es decir que quien ha nacido de nuevo muestra un
fruto evidente, contundente, que es la justicia, porque todo el que hace
justicia es nacido de Dios (1 Juan 2: 29). Aunque es importante aclarar que
podemos cometer errores, actos de pecado, pero un genuino cristiano no puede
practicar el pecado y otra evidencia de un nacido de Dios es que ama a sus
hermanos.
El Señor guarda a
todo aquel que ha nacido de nuevo, por lo tanto, la invitación es a la fe en
Cristo.
Recomendación de lectura Bíblica
·
Jeremías
17: 5
·
Lucas
6
·
Juan
11: 25-26; 16: 24
·
Romanos
8: 30
·
Colosenses
3: 2
·
Efesios
1: 4
·
2
Corintios 5: 17
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