LAS 10 PROMESAS
La restricción autoritaria regida bajo la
moralidad es una invención de la sociedad que busca un control sobre la
humanidad. Se ha pensado que el Señor es un tirano que dicta leyes que de no
obedecerlas nos condena, pero no podemos olvidar su inmenso amor.
“Y
habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te
saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.
1. No tendrás dioses ajenos delante de mí.
2. No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas
debajo de la tierra.
3. No te inclinarás a ellas, ni las
honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la
maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de
los que me aborrecen, y hago misericordia a millares, a los que me aman y
guardan mis mandamientos.
4. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en
vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.
5. Acuérdate del día de reposo para
santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo
día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni
tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero
que está dentro de tus puertas. Porque en seis días hizo Jehová los cielos
y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo
día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó.
6. Honra a tu padre y a tu madre, para
que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.
7. No matarás.
8. No cometerás adulterio.
9. No hurtarás.
10. No hablarás contra tu prójimo falso
testimonio.
11. No codiciarás la casa de tu
prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni
su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”
Éxodo
20: 1-17 (RVR 1960)
Los llamados 10, 11 o 12
mandamientos, como se les quiera llamar, realmente no están escritos como
leyes, porque de ser escritos como mandatos dirían, por ejemplo, “no hurtes”, “no mates”, “no robes” o “prohibido deshonrar a padre y madre”, “prohibido codiciar la casa de tu prójimo”,
etc. Si leemos bien, entenderemos que más que estatutos, son promesas de Dios a
su pueblo Israel, porque es necesario que también comprendamos que, aunque nos
rebelan atributos de Dios, no son mandamientos universales.
Los verbos que
intencionalmente se separaron por números en el pasaje de Éxodo 20 del 1 al 17
están escritos con terminación rás, con excepción del número 5 (Acuérdate) y 6
(Honra) que si están escritos en modo imperativo. ¿Qué quiere decir? Los
llamados 10 mandamientos hablan al pueblo de una forma personal sobre lo que
ellos harán, no lo que deben hacer, ni lo que tienen que hacer, por lo tanto,
se entienden más como promesas que como mandamientos.
Las 10 promesas que Dios
dejó a su pueblo Israel nos rebelan, no lo que debemos hacer, sino el
maravilloso amor de Dios para sus escogidos al guardarlos del mal.
Jesucristo, el Padre y el
Espíritu Santo es el Dios trino, único y verdadero, que nosotros adoramos,
gracias a su perfecta Obra Redentora. La muerte de Jesucristo, su sepultura y resurrección
es el Evangelio que tiene promesa de Dios para aquellos que en El creen.
Jesucristo, antes de
cumplir su tarea de amor incomparable, entre nosotros, acá en la tierra, dijo a
aquellos que con El estaban:
“Pero
el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os
enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho.” Juan 14: 26 (LBLA)
La promesa del Espíritu Santo es de seguro la
mejor promesa de Dios para el ser humano que andaba perdido, sin rumbo, sin
entendimiento y dirección sobre la tierra. Y es ahí donde comienza todo.
La ley que depende de dos mandamientos “Amarás al Señor tu Dios con todo tu
corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y
grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a
ti mismo.” (Mateo 22: 37-39(RVR 1960)) son promesas cumplidas solamente en
quienes tienen el Espíritu Santo, porque han creído y creen en el verdadero y
único Dios. Es por tal motivo que la Biblia no se centra en lo que el hombre
puede hacer sino en lo que Dios puede hacer en el hombre que en El cree.