UNA REFUTACIÓN A LOS QUE NIEGAN LA HISTORICIDAD DE JESÚS

Lamentablemente existen muchos que han negado no solamente la historia de la Iglesia sino tambien se han atrevido a negar al Señor de la Iglesia, afirmando que Jesús no existió, no resucitó o fue una persona diferente a la que narran las Escrituras. Estas personas han inventado diferentes teorías de la existencia de Jesús, tales como:

-      La teoría del cadáver robado: En Mateo 28: 13-15 nos enseña la Biblia que los ancianos y principales sacerdotes sobornaron a los soldados para que dijeran que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesucristo. Aunque este falso testimonio se fue extendiendo como un rumor entre muchas personas, dejó interrogantes tales como: Si fuera verdad entonces ¿Cómo pudieron los discípulos enfrentarse a los soldados que custodiaban el sepulcro?¿Como levantaron la piedra que era tan pesada?¿Como fue que nadie se dio cuenta y el cuerpo aun no ha sido encontrado? Por lo anterior y otras incoherencias es que esta teoría fue perdiendo peso argumentativa a través de los años.

-      La teoría de la alucinación: Esta falsa enseñanza ha enseñado que los discípulos experimentaron alucinaciones o visiones en su mente sobre Jesús, después de su muerte. Si fuera verdad esta enseñanza entonces ¿Cómo se diferencia la alucinación que tuvieron de la que no?¿Cuándo fue que experimentaron la alucinación y cuando no en sus relatos? Y ¿Por qué? Los que sostienen esta teoría aún no han podido responder coherentemente a estos y muchos otros cuestionamientos.

-      Un invento del judaísmo: Los que han llegado a esta conclusión han afirmado que Jesús nació en el judaísmo como una forma de fortalecer su pensamiento mesiánico y de salvar su cultura para que su religión no se viera destruida. Si esta teoría fuera cierta los judíos no hubieran rechazado el cristianismo, pero una gran mayoría lo hizo y lo ha hecho a través de la historia.

-      Una construcción de la religión helénica: Esta teoría ha afirmado que la cultura grecorromana, la cual rechazó de manera abierta al cristianismo, se inventó el cristianismo, pero no es lógico que los diseñadores de una religión fueran tambien los ejecutores de su persecución.

-      Jesús fue un líder guerrillero: La teoría de Jesús como un zelote que lideró a un grupo armado y murió, pero luego fueron construyendo una leyenda de él, tampoco tiene validez porque las enseñanzas y vida de Jesucristo sobre esta tierra no procuraba una rebelión contra el imperio romano sino la reconciliación del hombre con Dios.

Las anteriores, como otro montón de falsas teorías que por muchos siglos se han inventado los enemigos de Jesucristo son muy contrarias a las Escrituras, por lo que han sido rechazadas, refutadas y desmentidas una a una a través de los años, pero hablemos de la tesis principal de los últimos siglos.

La tesis principal de los que niegan la historicidad de Jesús es la supuesta ausencia de evidencia documentaria. Las pruebas documentarias históricas que han sustentado la veracidad de los acontecimientos históricos de Jesús han sido cuestionadas por académicos reconocidos tales como David Hume, Voltaire, Nietzsche, Russell, entre otros, y personas con una aparente alta capacidad crítica como Richard Dawkins, Christopher Hitchens y Sam Harris quienes han negado de manera abierta la historicidad de Jesús.

El grupo de personas mencionadas anteriormente tienen una gran similitud con un grupo que en los primeros siglos fueron conocidos como docetas. El docetismo negó la historicidad de Jesús y luego afirmó que Jesús no había sido en realidad un ser humano sino que sólo «parecía» serlo. Para ellos el cuerpo de Jesús era como un fantasma a veces fue humano y otras divino.[1]

Para los docetas Jesús era una persona fragmentada, entre una naturaleza humana y otra divina, por lo que el apóstol Juan respondió a estos engaños de los gnósticos diciéndole a la Iglesia:

todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.” 1 Juan 4: 3 (RVR 1960)

Los que niegan la existencia de Jesucristo o han querido inventar otro Jesús, aunque tengan el reconocimiento del mundo no deben ser escuchados por la Iglesia, pero en este texto exponemos algunos de sus pensamientos para que no nos tome por sorpresa cuando escuchemos algunos de sus postulados sino sepamos como responder a sus inventos.

El teólogo y agnóstico Bart D. Ehrman, en un debate realizado en el Colegio de Santa Cruz titulado ¿existe evidencia histórica de la existencia de Jesús? Dijo sobre la historicidad de Jesús “estos relatos que tenemos de la resurrección de Jesús no son congruentes internamente; están llenos de discrepancias, incluyendo el relato de su muerte y resurrección”.[2] La argumentación de este teólogo liberal es una aparente contradicción entre los relatos de los evangelios, pero su postulado pierde fuerza y validez cuando vemos que es todo lo contrario. Los testimonios de los evangelios sobre la vida de Jesús no se oponen sino se complementan desde tres miradas diferentes, confirmando la historicidad de Jesús desde tres testigos oculares diferentes (Mateo, Marcos y Lucas).

Para los detractores del evangelio los hechos que narran los evangelios acerca de la vida de Jesús han evidenciado grandes contradicciones en la historia y cuestionamientos como la misma narración de la historia que, según ellos, parece haber sido contada desde la mirada de los ganadores, porque después de interminables guerras los católicos romanos fueron los vencedores y luego opresores de culturas más débiles a quienes les contaron su propia versión de la historia, como dijo Ehrman,

Es sorprendente que, durante siglos, prácticamente todo aquel que estudiaba la historia del cristianismo primitivo aceptaba la versión que la ortodoxia triunfal nos proporcionaba de esos primeros conflictos. Esta situación empezó a cambiar de manera significativa en el siglo XIX, a medida que los estudiosos empezaron a cuestionar la «objetividad» de representantes de la ortodoxia cristiana como Eusebio, un autor del siglo IV conocido como el padre de la historia eclesiástica.[3]

Ehrman, entre otros teólogos liberales, ha rechazado abiertamente la fe en Jesucristo, enseñando que la historia parece explicar la personalidad de Jesús, pero no su existencia, asi como lo dijo el teólogo liberal Alfred Firmin Loisy con “la historicidad es posible explicar a Jesús, pero no es posible explicar a quienes lo inventaron”.[4] Como estos “hombres tan ilustrados” no han podido negar la existencia del cristianismo, entonces se han esforzado en enseñar que su origen proviene de un invento de un Jesús que no existió, pero si fuera un invento, ¿Cómo entonces pueden explicar que después de miles de años la arqueología e historia siguen confirmando los diferentes eventos narrados en las Escrituras? Y  ¿Cómo responden a la existencia del cristianismo hoy en día después de miles de años?

El filósofo y teólogo alemán Bruno Bauer, quien además fue profesor de Marx, se centró en fortalecer un escepticismo hacia las fuentes evangélicas y en promover la falsa creencia en la posibilidad de derivar el cristianismo a partir del helenismo romano, negando de esta manera la historicidad de Jesús.[5] Sus seguidores, como Karl Marx, fueron alentados a dudar de la autenticidad de las epístolas, y más tarde a llevar estas ideas a movimientos sociales que se levantaron como enemigos abiertos de la fe cristiana. Estos tipos de movimientos que han entrado a las universidades y aún sigue liderando a muchas de ellas no han querido aceptar los miles de documentos de los padres apostólicos que confirman la autenticidad de cada libro de la Biblia. Aun asi, no debemos olvidar en la historia de la Iglesia, que aunque se sigan levantando personas, ideas o movimientos en contra de Jesús, sus argumentos y vidas se disiparan, pero la Verdad permanecerá, confirmando el tiempo y los argumentos la historicidad de Jesús.

La idea popular de muchos centros educativos ha sido ver a Jesús como un mito o una leyenda que ha dejado una interesante moraleja, por eso no hablan de él, lo ignoran o solo lo mencionan como un buen ejemplo a seguir. En una entrevista que le hicieron al antropólogo y mitólogo español Eliseo Ferrer, respondiendo a la pregunta de si Jesús existió dijo “Yeoshúa (Jesús-Josué) existió como construcción mítica de la mística judía helenizada”.[6] Ellos creen que la explicación de la existencia de Jesús se da en base a una construcción de una antigua religión, debido a la ausencia de documentos históricos en los que deberían nombrar a Jesús, como los rollos del mar muerto, en donde no se mencionan a Juan el Bautista, a Jesús o a cualquiera de sus seguidores.[7] Aun asi, este argumento ha perdido fundamento principalmente por dos razones, primero porque los rollos fueron guardados por una secta de Qumram llamada los esenios que existieron hasta el siglo I a.C., y segundo esta secta nacionalista judía no solo evitó el contacto con su medio, prefiriendo vivir como monjes alejados de la sociedad, sino que se aislaron tanto que empezaron a refugiarse en cuevas, por lo que si hubieran vivido en la época de Jesús se hubieran perdido de cada uno de hechos.

La duda sobre la existencia de Jesús y de Juan el bautista también ha sido el argumento principal de Bauer quien escribió en su libro “Crítica de la historia evangélica de los sinópticos” que existe una contradicción entre los evangelios, afirmando que en Marcos y Mateo Juan el Bautista es citado como bautizador de Jesús, pero en Lucas 3: 21-22 no menciona que Jesús fuere bautizado por Juan y el cuarto evangelio ni menciona que Jesús fuere bautizado, otra contradicción que encontró fue que en Mateo Juan pretende negarse a bautizar a Jesús, mientras que Marcos y Lucas no mencionan lo anterior. Según Bauer estas contradicciones son fundamento suficiente para negar la historicidad de Jesús o al menos dudar de ella.[8] Pero la anterior duda se puede resolver cuando reconocemos lo que habíamos dicho con anterioridad, cada evangelio es narrado desde una mirada o un foco diferente, que no tiene ninguna contradicción, sino algunas diferencias en su narración porque la óptica de cada narrador fue diferente, no solo eso sino que muchos documentos antiguos sugieren indicar que cada evangelio fue escrito en un lugar diferente.

El otro argumento popular en contra de la historicidad de Jesús que tambien fue mencionado con anterioridad ha sido la falta de objetividad en los libros de historia. Para los que han apoyado esta postura los libros de historia fueron narrados desde la perspectiva de la cultura ganadora, el catolicismo romano, por lo que Tácito, el historiador romano, y Flavio Josefo no representan confiabilidad para ellos, pero esta entre otras excusas se han vuelto argumentos rebuscados que tienen el objetivo de negar la historicidad de Jesús para poder vivir como si nunca hubiera venido y asi andar con “una conciencia limpia” conforme a su propia vanidad.

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas.” Juan 3: 19-30 (RVR 1960)

La variedad de evangelios en el canon evidencia que el evangelio no es una enseñanza aislada sino una testificado por los apóstoles, testigos que vieron, palparon y anduvieron con Jesucristo. El testimonio de los apóstoles, la historia y la preservación de la Iglesia enseñan claramente que Jesucristo vino a este mundo como hombre, siendo Dios mismo, para morir por los pecados de Su pueblo. Por lo anterior, como dicen Michael J. Wilkins y J.P. Moreland,

Si queremos ser sinceros sobre Jesús y la información que tenemos, debemos optar por ese Jesús que satisface todas las evidencias que los historiadores han observado, y que también explican por qué tanta gente ha encontrado en Él algo que les lleva a ir a la Iglesia cada semana a adorarle.[9]

Las evidencias arqueológicas, históricas y documentarias no pueden negar la historicidad de Jesús, hacer esto es una gran ignorancia. Por lo anterior, todo cristiano debe tener la seguridad de que no vive en una fe ciega sino sólida, firme e histórica, como afirmó Eldon Ladd,

Aunque la Historia no prueba la validez de mi fe, es esencial para la fe verdadera, por lo menos para la persona que se preocupa por la Historia. La mayoría de las personas acceden a la fe en respuesta a la proclamación de la Palabra de Dios sin cuestionar críticamente la historicidad de los sucesos que ella proclama. Pero cuando se ha creído en la Palabra y se toma conciencia de la Historia, si nos vemos obligados a concluir que los eventos no son históricos, es difícil entender que la fe se sostenga por sí misma.[10]

Los evangelios no enseñen todos los sucesos de Jesús sobre esta tierra, como su niñez y adolescencia, sino ocupan una gran parte para describir la última semana de la vida de Jesús porque fue el histórico trabajo por nosotros a través de su muerte y resurrección lo que nos da salvación. Por lo tanto, si aun sigues viviendo como necio en medio de la oscuridad de tu vanos pensamientos entonces huye de tal ignorancia y corre a Jesucristo, a sus brazos de amor llenos de gracia y verdad, para que puedas obtener salvación y oportuno socorro.

El mensaje de la gracia es el mensaje de Jesucristo y el mensaje de Jesucristo fue Él mismo. Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, es el que ha sostenido y seguirá sosteniendo a la Iglesia, a quienes creen en Él, en aquel de quien narran las Escrituras y como bien lo dijo Keller “la confiablidad histórica de los evangelios es crucial para el verdadero mensaje de la gracia”.[11] Si no crees en el verdadero Jesús no crees en Jesús. Por lo anterior, querido lector, si has depositado tu fe en un falso Jesús arrepiéntete y acércate al verdadero Jesucristo quien dijo:

“Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.” Juan 6: 37 (RVR 1960)

 




[1] Barth D. Ehrman, Cristianismos perdidos (Barcelona, España: Ares y mares, 2004), 36.

[2] William Lane Craig y Bart D. Ehrman, Un debate entre William Lane Craig y Bart D. Ehrman ¿Existe evidencia histórica de la resurrección de Jesús? En el Colegio de la Santa Cruz, Worcester, Massachussets, realizado el 28 de marzo de 2006, 13.

[3] Barth D. Ehrman, Cristianismos perdidos, 22.

[4] Alfred Firmin Loisy, À propos d’histoire des religions (Paris, 1911)

[5] Fernando Bermejo, La negación de la historicidad de Jesús en Bruno Bauer (1809-1882) (España: Universidad de Barcelona, 2008), 51

[6] Sofía G. Orlowski, Del mito de Cristo al mito de Jesús. Una entrevista con Eliseo Ferrer, autor de «Sacrificio y drama del Rey Sagrado» (2022), 77

[7] Barth D. Ehrman, Cristianismos perdidos, 82

[8] Fernando Bermejo, La negación de la historicidad de Jesús en Bruno Bauer, 38

[9] Michael J. Wilkins y J.P. Moreland, eds, Jesús bajo sospecha Una respuesta a los ataques contra el Jesús histórico (Barcelona, España; CLIE, 2003), 106

[10] George Eldon Ladd, Teología del Nuevo Testamento (Barcelona, España: CLIE, 2002), 234

[11] Timothy Keller, ¿Qué es el evangelio? (Redeemer Church: NY, 2004), 90

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