CANSADO DEL LEGALISMO


Existen muchas doctrinas humanas severas que emergen de muchos lideres espirituales y que solo procuran una moralidad en el ser humano agradable para una mayoría, pero sin un corazón arrepentido ante Dios, lo mismo puede ocurrir con aquellos que solo procuran tener una correcta teología en su teoría pero no en sus vidas lo que conduce a la cuestión: ¿De qué sirve tener una correcta teología y una buena moralidad si el corazón aún no ha sido transformado? De nada, absolutamente de nada, es solo basura que pudre con el tiempo al corazón, esto mismo lo reconoció Pablo después de su conversión:

“Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” Filipenses 3: 8 (RVR 1960)

Un legalismo sin precedentes, una rigurosidad ejemplar en la religión y un fiel seguidor del fariseísmo fueron algunos reconocimientos que tenía Pablo en medio de su pueblo, alcanzando gran favor y prestigio delante de muchos, pero todo esto lo estimó como basura, porque reconoció a alguien mucho mejor, a Jesucristo, y que un corazón que está siendo continuamente renovado por la Palabra de Dios es de gran provecho para el alma, de tal manera que aun en medio del cansancio se pronuncia con gritos de alegría en alabanza al Señor porque ha encontrado gozo y plenitud en Dios.

¿Por qué los extremos tan hipócritas, un legalismo que solo hace ruido y nada más? Creo que muchos de nosotros nos volvimos monjes sin saberlo y la Iglesia ha querido reproducir la enseñanza de los monjes, el ascetismo y una vida de aparente piedad que no es útil para la lucha contra el pecado, que solo reprime, pero no destruye la carne (Col. 2: 20-23), por eso es necesario ir ante Dios en arrepentimiento sincero y recordar en cada día de nuestra vida que en Jesucristo, solo por Gracia y solo por medio de la fe en Jesucristo, hemos muerto al pecado, en su muerte, y resucitado en nueva vida en su vida. Por lo que solo en Él, disfrutando de sus beneficios, reconociendo que el más grande es poder regocijarnos en Él, en Su Palabra y Gracia, podremos encontrar verdadero gozo sin importar la situación, llevándonos a vivir conforme a Su perfecta y agradable voluntad. Pero debes hacerte continuamente la pregunta ¿es Dios mi verdadera prioridad o lo es una falsa religión que me he inventado?¿Es Su Palabra mi deleite y paso tiempo suficiente en ella todos los dias o prefiero otras cosas?

  

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