LA DESINFORMACIÓN POR LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

 

Los medios de comunicación más frecuentados, llamados el cuarto poder, por su influencia en la sociedad, se han convertido en un propulsor de pánico social, que pareciera solo buscar alarmar a la población a través de la desinformación.

La ausencia de información veraz es palpable a nivel mundial, provocando alteración en el orden público, de tal manera que muchos gobernantes se han aprovechado de tal situación para convertirse en autócratas con derecho. Es bastante triste ver como la sociedad que se supone tiene tanto conocimiento, se deje engañar tan fácilmente, pero esto no es algo nuevo, sino ha sido un fenómeno histórico que ha suscitado dilemas como ¿las personas son engañadas porque no tienen conocimiento o no tienen conocimiento porque son engañadas? Sea como fuere, es notable que los medios de comunicación, en nuestra actualidad, han jugado un papel preponderante para esta situación.

El gremio de médicos, siendo la población profesional que se supone es de las más preparadas, han sido en muchos sectores insuficientes y decepcionantes, porque parecen haber olvidado su educación, prefiriendo antes seguir a los medios de comunicación o a los gobernantes. Es de esta manera que muchos médicos han promovido practicas improvisadas, mediocres y sin ninguna comprensión clara.

Marta López Diego, investigadora española en el Centro Nacional de Biotecnología y experta en Biología Celular y Molecular dijo en una entrevista “creo que los medios no quieren alarmar, pero están todo el día hablando de coronavirus y eso tampoco ayuda.”[1] Francisco Botia, otro experto en este tema, indicó que la epidemia “está siendo sobrevalorada, aunque es comprensible que, por los avances de los medios de comunicación, así haya ocurrido”[2]

El virus si existe, es real, pero no es tan letal. Se sabe muy bien que, al virus, a ningún virus, le interesa matar a su huésped, por esta razón se hace cada vez menos letal, hasta que deja de serlo, puede durar uno dos o hasta 10 años hasta que esto ocurra, por esta razón es que es muy apresurado llevar a las personas a una total cuarentena, porque no es algo que se resuelve por un simple confinamiento y menos esta clase de virus.

Cada virus es diferente, no se puede comparar a otros históricos como la gripe española. Este virus llamado popularmente como coronavirus, por ejemplo, ataca a los pulmones, todo el sistema respiratorio, pero no afecta a todas las personas de la misma manera. Se ha sabido que quienes tienen las defensas del cuerpo más bajas son más propensos a morir por el contagio de este virus, por lo anterior se recomienda que sean ellos quienes menos salgan y de tener que salir lo hagan con los protocolos de bioseguridad correspondientes. Aun así, no pueden quedarse tanto tiempo en casa, porque son seres humanos, integrales, que necesitan salir, sentir la luz del día, hablar con otras personas, congregarse en la iglesia y quedándose en la casa muchos han llegado a disminuir sus defensas, aun así es importante que en medio de esta situación el pueblo sea enseñado en la paciencia, en el aprender a esperar. Aunque este virus no sea tan letal como otros, otros que muy probablemente llegaran en no mucho tiempo, es necesario que las personas aprendan a esperar. En esta época de inmediatez se hace un llamado urgente a esperar en el Señor, confiar en Él, que las personas comprendan con mayor alarma que el pecado es mucho peor que el coronavirus.

La medicina en estos tiempos ha sido muy ineficiente, porque no promovió los antivirales sino solo se enfocó en una vacuna que tardó más de un año. De todas maneras, la gran mayoría tendrá que infectarse tarde o temprano de esta enfermedad, entonces ¿Por qué no promocionar el uso de los antivirales para quienes han sido ya infectados en vez de seguir pensando solamente en la vacuna?

La vacuna es una preparación compuesta de virus inactivos que hacen parte de una misma especie (cepas) relacionados con el virus que se quiere desactivar, es decir, el virus solo puede ser desactivado por el mismo virus, por esta razón es importante no solamente analizar la secuencia del virus sino su procedencia, porque esto permitirá reconocer la vacuna. Esto, aunque parece no ser tan sencillo, lo es, solo que no podremos saber bien como corresponder como sociedad, como personas, ante esta y cualquier crisis, hasta que nos humillemos ante el Señor, seamos humildes, y pidamos su dirección.

El mundo luce, actualmente, de esta manera. Mucha gente está en un circo, ese circo está repleto de gente, unos se saludan con otros, existe una aparente paz y alegría hasta que sale el león y todo el mundo empieza a salir alborotadamente, se forma una estampilla en donde muchos mueren, mientras el león está quieto, observando todo lo que ocurre, el no hace nada. Esto mismo ocurre con la pandemia, no es que no haya hecho nada, sino que la mayoría de muertes no han sido dadas por el coronavirus, sino por el miedo y preocupación de la gente que la hace actuar de una manera absurda, egoísta, irracional e insensata. Cuando debiera el ser humano empezar a usar la razón, unirse y atacar juntos este mal, de una manera inteligente, pero bien sabemos que esto no ocurrirá, nunca, mientras el ser humano siga queriendo vivir su vida sin tener en cuenta a Dios, como primer lugar, pues el principio de la sabiduría es el temor del Señor.

No podemos dejarnos llevar por la angustia, el desespero, ni la amargura, en medio de este caos, sino lo mejor que podemos hacer es esperar. Aunque sea verdad o no lo que digan los medios de comunicación, no son estos los que nos deben impacientar, sino solo el pecado, la maldad, lo que a Dios no le agrada, esto si debe turbarnos, con el fin de que reconozcamos que seguir la voluntad de Dios es lo mejor.

El proceso de confinamiento es un tiempo de cuarentena, de prueba, en donde lo mejor que se puede hacer es esperar. Aprendemos a esperar, esperando en el Señor, solo en El podemos estar tranquilos sin temor a la muerte, dormir en paz en medio de tanto caos, viviendo en comunión con Dios, estando en intimidad con nuestro Señor, porque solo en El podemos esperar con tranquilidad la tormenta.

“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.” Juan 14: 27 (RVR 1960)

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” Juan 16: 33 (RVR 1960)

 



[1] Marta López. Criar con Sentido Común. Recuperado de https://www.criarconsentidocomun.com/marta-lopez-el-coronavirus-ha-venido-para-quedarse-pero-disminuira-su-virulencia-y-saldra-vacuna/. 23 de Julio de 2020

[2] Redacción Medica. Recuperado de https://www.redaccionmedica.com/secciones/medicina/-lo-logico-es-que-el-coronavirus-en-abril-y-mayo-practicamente-desaparezca--5676.  23 de Julio de 2020     

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