TESIS BÍBLICA CONTRA LOS CALUMNIADORES


“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” 2 Timoteo 1: 7-9 (RVR 1960)
La calumnia, según la real academia española (RAE) es una “acusación falsa, hecha maliciosamente para causar daño”. Este acto no solo es condenado por Dios, sino aun nuestra propia constitución colombiana la determina como delito y, como bien sabemos, todo delito debe ser penado por la misma Ley.
“Mentir, no es solo engañar por la apariencia o con palabras que no están de acuerdo con lo que se es o se piensa, sino que es romper el lazo que une a los hombres y a Dios que no miente, es oponerse de forma activa a Dios y a su designio de Salvación. En efecto, la verdad es una relación interpersonal; mentir, es llevar a la perdición, destruir la solidaridad, matar al prójimo. En el extremo opuesto, está el hombre sencillo”[1]
El hombre sencillo en griego es definido por la palabra haplotes y el significado de haplotes es sinceridad, virtud que se opone totalmente a la hipocresía. Es así como comprendemos que la calumnia es una mentira que solo busca destruir vidas, hogares e iglesias y bien sabemos de quien vienen las mentiras (lee juan 8: 39-59).
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” Juan 10: 10 (RVR 1960)
Las escrituras son claras en cuanto a la calumnia. En la Ley, el Señor dijo a su pueblo “no hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20: 16), porque a Dios no le agrada, debido a que no es bueno, sino malo. Una persona que habla mal contra su hermano, a sus espaldas, es como si estuviera clavándole una puñalada en la espalda, por lo tanto, es un falso hermano. Pablo mismo experimentó los peligros entre los falsos hermanos.
“…en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos” 2 Corintios 11:26 (RVR 1960)
Los falsos hermanos son peligrosos, por lo tanto, pidámosle a Dios discernimiento para reconocer a estos falsos ministros de Dios que solo quieren hacer daño al verdadero pueblo de Cristo. Así mismo es importante que estudiemos las escrituras a profundidad a fin de que no permitamos que nos engañen por medio de sus huecas sutilezas.
“Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco, y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová. Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y todo compañero anda calumniando. Y cada uno engaña a su compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente. Su morada está en medio del engaño; por muy engañadores no quisieron conocerme, dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo? Saeta afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca dice paz a su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas.” Jeremías 9: 3-8 (RVR 1960)
Este enemigo llamado calumnia no es nuevo sino es un antiguo adversario que tiene el único propósito de hacer caer al prójimo. Este acto tan perverso y destructivo es causado por una vida que no conoce ni quiere conocer a Dios. Aun sigue presente hasta en los cultos de la iglesia, participa activamente en la escuela dominical, saluda bien a los hermanos, pero por dentro solo vive en engaño e hipocresía.
“¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad” Mateo 23: 27-28 (RVR 1960)
La hipocresía es la principal característica de un hombre religioso que es pretencioso, aparentando lo que no es, para conseguir lo que su necio corazón desea.
“Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa,
Las manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que maquina pensamientos inicuos,
Los pies presurosos para correr al mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra discordia entre hermanos.”
Proverbios 6: 16-19 (RVR 1960)
En el hablar mentiras no hay amor sino odio, aunque los falsos hermanos afirman tener amor, mostrando una apariencia del mismo, pero el verdadero amor “se traduce en la Biblia por el griego ágape. En el antiguo testamento, en Deuteronomio, se muestra el amor de Dios que siempre lleva la iniciativa en justicia, ley, gracia, herencia entre otros, pero a partir de Oseas la tradición profética presenta el amor fiel de Dios con los trazos de un amor conyugal apasionado. Subrayan que la respuesta del hombre es amar a Dios, lo que se demuestra mediante la obediencia y la fidelidad” [2]
El amor a Dios se demuestra a través de la obediencia y fidelidad a su Palabra, pero ser fieles a tradiciones o a hombres antes que a Dios solo es prueba de un amor fingido.
“Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.” Deuteronomio 6: 5 (RVR 1960)
El Señor es el único que puede llenarnos de tanto amor para amarlo con toda nuestra vida, porque en verdad en esto consiste el amor “no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (Juan 10: 10)
“Jesús ha revelado el amor divino no mediante palabra, sino por su comportamiento y su enseñanza, fundamentar el mandamiento del amor al prójimo sobre el amor a Dios supera radicalmente la tradición judía al exigir el amor a los enemigos. La iniciativa del amor se manifiesta en el acto de la Salvación, de manera que es el mismo Jesús quien, al entregarse, manifiesta su amor. Ese amor que reconcilia a los hombres con Dios, porque el amor es más fuerte que los hombres”[3]
El amor de Dios no es sinónimo de cariño ni de palabras lisonjeras sino de verdad, obediencia y fidelidad, porque el amor habla mas con los hechos que con las palabras, por lo tanto, tengamos mucho cuidado a quien escuchamos, mas bien prestemos mucha atención a la exhortación que nos hace Judas:
“…me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos. Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo. Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día…”
Judas 1: 3-6 (RVR 1960)
El amor no es quedarse callado, aceptar todo lo que un pastor o maestro dice, sino es contender ardientemente por la fe que nos ha sido dada, por la gracia de Dios.
“No obtenemos el amor de Dios por algún merito sino porque nos escogió. Dios ama a los que le obedecen (Deuteronomio 7:12-13). El Señor ama a los justos (Salmos 146: 8). Ese amor hacia Dios se expresa en el amor hacia el prójimo (Levítico 19: 18) y también hacia los enemigos (…) El amor conduce a los creyentes a la búsqueda permanente del bien del otro”[4]
El amor de Dios hacia la humanidad lo demostró al hacerse carne, habitar entre nosotros y dar su vida por sus amigos, enseñándonos también que en El somos hermanos, hijos de un mismo Padre y Señor, por lo tanto, no es correcto ni sabio y creería que tampoco es posible que entre nosotros exista la traición. El Señor nunca traicionó a sus discípulos, sino los amó, aunque Judas si lo traicionó y podemos decir que Pedro también porque quebrantó la fidelidad que debía guardar a Dios negándolo, pero la diferencia entre Pedro y Judas fue que Pedro tuvo arrepentimiento mientras Judas remordimiento y, verdaderamente, es el arrepentimiento lo que a Dios le agrada.
El amor de Dios es tan grande que perdona todas nuestras ofensas cuando nos arrepentimos ante El, pero si pensamos como Caín en que son nuestras obras las que Dios quiere antes que nuestro arrepentimiento estamos errando, porque sin una nueva vida no es posible buenas obras.

LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA
No conocemos muy bien las constituciones de otros países, pero podemos estar seguros en que su gran mayoría se ha basado en la Biblia. Por esta razón creemos importante reconocerla y, con respecto a las calumnias, nos enseña los derechos que tenemos como seres humanos:
“Artículo 21. Se garantiza el derecho a la honra. La ley señalará la forma de su protección”
La honra es un derecho que el mismo sistema desea violar, la naturaleza pecaminosa del hombre es tal que no le importa el bienestar de su semejante, pero lo más triste es que dentro de la misma iglesia se deshonre al hermano. Esto ocurre debido a los falsos hermanos, lo cual mencionamos con anterioridad. Ellos solo buscan destruir la grey de Dios a través de las calumnias. La calumnia es un delito que no solo es condenado por la constitución sino también por la Ley de Dios, por lo tanto, es necesario tener mucho cuidado a quien escuchamos o prestamos atención porque si esta persona esta causando riñas entre hermanos entonces lo mejor es apartarnos de tales.
“Artículo 15. Todas las personas tienen derecho a su intimidad personal y familiar y a su buen nombre, y el Estado debe respetarlos y hacerlos respetar”
Las calumnias irrespetan el derecho de un buen nombre, por lo tanto, el Estado tiene la obligación de castigar a los calumniadores. Pero es necesario que comprendamos que los primeros que deben juzgar tal acto son los mismos hijos de Dios, por lo que no debería ser necesario ir a un juicio contra un hermano, a menos que este sea un falso hermano.
“¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto, es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”1 Corintios 6: 1-11 (RVR 1960)
En medio de esta tesis bíblica se hace un pequeño paréntesis para exhortar a los hermanos a estudiar la constitución, las leyes de su país, pero lo más importante, la Palabra de Dios. A continuación, unos artículos de la constitución de nuestro país que se quieren compartir:
“Artículo 18. Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia” 
El articulo 18 hace traer a memoria la conocida defensa de Lutero contra quienes lo acusaban. Lutero dirigiéndose a la asamblea de príncipes del sacro imperio romano germánico dijo “"Mi conciencia está ligada a la Palabra de Dios, no puedo ni quiero retractarme, porque no es seguro ni aconsejable hacer algo contra la conciencia. Aquí estoy, no puedo proceder de otra manera. ¡Que Dios me ayude! Amen"
“Artículo 19. Se garantiza la libertad de cultos. Toda persona tiene derecho a profesar libremente su religión y a difundirla en forma individual o colectiva. Todas las confesiones religiosas e iglesias son igualmente libres ante la ley”
Como hijos de Dios tenemos la bendición, en nuestro país, de predicar a Cristo y, la constitución, en vez de ser una piedra de tropiezo, nos garantiza tal derecho de compartir a otros el evangelio de las buenas nuevas y, por Ley, nadie nos debería molestar por hacer ello, y así como dice el artículo 95 “toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes”, aunque sabemos que en la realidad si existe persecución por predicar a Cristo porque el dios de este mundo es el diablo (2 Corintios 4: 4) y todo lo que se opone a Dios.
La Biblia es nuestra fuente más confiable, por esta razón es que nuestra defensa se basa en la fidedigna interpretación de las Escrituras. Continuando con la tesis bíblica contra los calumniadores es importante que en este caso investigativo comprendamos seis elementos importantes: el hecho, el sujeto, el tiempo, el lugar, la finalidad y la forma. Pero como sabemos que cada situación es particular, no nos referiremos a una en especifico sino a una en general.
El hecho implica lo que ha sucedido, esto debe ser contemplado a través de las Escrituras, recordemos que no podemos admitir una acusación contra un anciano sino con dos o tres testigos (1 Timoteo 5: 19). Así mismo es importante que todo lo que hagamos sea sin parcialidad sino con temor a Dios no participando de pecados ajenos sino conservándonos puros (1 Timoteo 5: 22), por esta razón es importante que reprendamos a quienes hace daño a través de sus calumnias, de manera personal, con nombres propios, porque su conducta causa daño a muchos, hiriendo gravemente a las ovejas del rebaño del Señor.
No estamos de acuerdo que en la iglesia de Cristo se predique de un evangelio diferente al que hemos escuchado, como dice Gálatas 1: 9 “Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema” Y nuestros ojos han visto y nuestros oídos han escuchado como en algunos iglesias se está abriendo una biblia que contiene unos libros llamados apócrifos y apócrifo significa falso porque no hacen parte del canon bíblico, sino son totalmente ambiguos y faltos de objetividad, aun el mismo escritor de los Macabeos dijo “Y si hubiere bien dicho y como a la historia conviene, esto es lo que yo deseo, mas si poco y flacamente, esto es lo que pude”. La sinceridad de este hombre produce cierta gracia al saber que no es un libro que merece nuestra completa contemplación, debido a que fue lo mejor que pudo hacer este escritor, por lo que hace parte de un pensamiento filosófico, pero no tiene nada que ver con la Palabra de Dios.
No estamos de acuerdo y rechazamos la idea de usar el psicoanálisis en la iglesia. El llamado al altar, la oración de fe y otros métodos humanos son mas dañinos de lo que creemos en la iglesia, porque no predica arrepentimiento sino “buenas emociones”, cuando la verdad del evangelio es creer en Jesucristo y creer no es repetir una oración sino es comprometerse con el evangelio y con Cristo hasta la muerte.
La calumnia es un delito grave que está contemplado en nuestras leyes colombianas en los siguientes artículos y sentencias:
-          Artículo 24 de la Ley 599 del 2000
-          Artículo 29 Constitucional
-          Artículo 8 del Código del Procedimiento Penal
-          Sentencia C038 de 1996
-          Sentencia C417 de junio 26 del 2009
-          Sentencia T171 del 2006
El debido proceso contemplado en la Ley y en las Escrituras no se ha respetado por muchos sino existen personas que pasando por el mismo acusando dentro de la misma congregación a hombres que entregaron tiempo y aun de su dinero por causa del evangelio, esto no solo es traición sino engaño e hipocresía y en verdad que esto a Dios no le agrada, por lo tanto de seguro que no prosperaran en lo que han hecho sino al fin de cuentas todo saldrá a la luz y con la misma vara que juzgaron serán juzgados. Parece increíble, pero es lo que estamos viviendo, acusaciones falsas, calumnias y engaños a hermanos que no lo merecen, mientras los falsos hermanos siguen haciendo de las suyas en las iglesias.
“la doctrina ha señalado que la exposición del caso del inculpado, su acreditación mediante las pruebas que solicita o reclama, sirve no solo al interés individual de este, sino también al hallazgo de la verdad”[5]
SI tienen algo en que inculpar a algún hombre es necesario hacerlo con pruebas, con testigos verdaderos y una acusación que sea objetiva, basada en las Escrituras, de lo contrario lo mejor es arrepentirse, primeramente, delante de Dios, antes que sea demasiado tarde.
La calumnia es un “pecado que consiste en acusar a una persona de un hecho negativo que no ha realizado”[6]. Como todo pecado necesita arrepentimiento delante de Dios y si aun no eres hijo de Dios, recibe a Cristo como tu Salvador para que te perdone no solo por este pecado, sino por tu vida llena de maldad, a fin de que su redención te haga una persona nueva que tiene el poder de vencer al maligno, al pecado y a este sistema corrompido.
Como hijos de Dios no es fácil de aceptar o asimilar que una persona que estuvo con nosotros termine siendo realmente otra, un calumniador que nos dio la puñalada por la espalda, pero eso es necesario que ocurra para que aprendamos a depender mas de Dios. Mas también se nos exhorta en la Biblia no solo a perdonar a estos, quienes nos ofenden, sino a orar por ellos.
“bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian.” Lucas 6: 28 (RVR 1960)

SOBRE LA VERDAD
En hebreo el termino Aman significa confirmar, apoyar, mantener, ser fiel, estar seguro, creer en, de donde también se derivan las palabras Amen y Emet. Amen significa ciertamente, verdaderamente, así sea, así es y Emet significa firmeza, cierto. La palabra verdad en la Biblia viene de esta última, Emet. La verdad es seguridad, certidumbre, algo de lo que uno puede depender.
EL Señor nos enseña, a través de su Palabra, que todo lo verdadero procede de El (Salmos 31: 5, 119: 86; Jeremías 10: 10). Creer, obedecer y vivir de acuerdo a la Palabra de Cristo es vivir en Verdad porque Jesucristo es la Verdad (Juan14: 6). La Trinidad es Dios de Verdad. El Padre es Verdad (Juan 17: 3), el Hijo es Verdad (Juan 14: 6) y el Espíritu Santo es Verdad (Juan 16: 13). La Verdad es la esencia de Elohim. Mas la esencia de satanás es la mentira.
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” Juan 8: 44 (RVR 1960)
Los que viven en la mentira, la lujuria, la calumnia, las lisonjeras son hijos del diablo, porque así es que procede este ser demoniaco.
“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” Efesios 4: 25 (RVR 1960)
“…para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” 1 Timoteo 3: 15 (RVR 1960)
Una iglesia local que no anda en la verdad no puede llamarse iglesia sino sinagoga de satanás, porque donde reina Dios gobierna la Verdad, mas donde reina satanás gobierna la mentira.

SOBRE LA HUMILDAD
La humildad es una actitud tal que la persona no exige lo que le corresponde, por ejemplo, en el servicio del pastoreado no exigir ofrenda es un acto de humildad, escuchar a los demás es una actitud de humildad, servir a Dios es el mayor reflejo de humildad, cuando se hace de corazón. El que renuncia al derecho que le corresponde, ejecuta el acto de humillarse por amor a otras personas.
“¿Quién como Jehová nuestro Dios, que se sienta en las alturas, que se humilla a mirar en el cielo y en la tierra?” Salmos 113: 5-6 (RVR 1960)
Dios mismo nos ha enseñado la humildad, porque nos ha mirado desde las alturas, no solo eso, sino fue mas allá, se hizo como uno de nosotros y murió para darnos la Salvación, no existe ni existirá mas grande acto de humildad.
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Filipenses 2: 5-11 (RVR 1960)
Dios fue humilde y dejó su trono para morir en la cruz por nosotros. Como hijos de Dios debemos imitar este mismo ejemplo de humildad, al compartir a otras naciones y hacernos como ellos a fin de predicarles el evangelio del amor.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” Mateo 11: 29 (RVR 1960)
Orgullosos son los que persisten en el pecado, no se arrepienten ante Dios y piensan que están viviendo agradando a Dios, pero la verdad es que “ante la grandeza y Santidad de Dios lo que corresponde al ser humano es adoptar una actitud de rechazo a toda pretensión y orgullo, inclinándose ante El, en pleno acatamiento a su voluntad”[7]
Le ira mal, en todo sentido, a aquellas personas u organizaciones que creen servir a Dios cuando sirven al diablo, pero bien a quienes tiene un corazón contrito y humillado delante de Dios.
“El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído” Salmos 10: 17 (RVR 1960)
Los curas o religiosos que se creen más que los demás son los verdaderos orgullosos, ellos no pueden ver a los demás como semejantes sino los miran por debajo del hombro como si fueran sus hijitos, sus discípulos, etc. Mas un pastor que considera a sus hermanos en Cristo como amigos o consiervos en el Señor ha entendido el verdadero significado de humildad.
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo” Filipenses 2: 3 (RVR 1960)

RECOMENDACIÓN DE LECTURA BÍBLICA
-          2 crónicas 7: 14
-          Salmos 15: 3; 78: 36; 101; 119: 67, 71
-          Proverbios 3: 34; 6: 16-19; 10: 18; 29: 23
-          Jeremías 31: 3
-          Ezequiel 22: 9
-          Mateo 5: 44; 22: 37-39
-          Lucas 3: 14; 6: 2-5, 27-28
-          Juan 3: 16; 15: 13
-          Romanos 8: 28; 12: 3
-          1 corintios 13
-          2 corintios 11
-          Efesios 4
-          1 Timoteo 3: 11; 4
-          2 Timoteo 3: 1-4
-          Tito 1: 5-16; 2: 3
-          Santiago 3: 14-16; 4: 10
-          1 Pedro 5:5
-          1 Juan 4:8



[1] Diccionario del Nuevo Testamento (2002). Xavier León – Dufour. Editorial Desclee de Brovwer, S.A. Pagina 404
[2] Diccionario del Nuevo Testamento (2002). Xavier Leon – Dufour. Editorial Desclee de Brovwer, S.A. Pagina 124
[3] Diccionario del Nuevo Testamento (2002). Xavier León – Dufour. Editorial Desclee de Brovwer, S.A. Pagina 123
[4] Nuevo Diccionario de la Biblia (1999). A.Lockward. Editorial Unilit. Pagina 500.
[5] Klaus Tredemann. El derecho procesal penal. Introducción al derecho penal y al derecho penal procesal. Barcelona. Ariel. 1989. Página 184.
[6] Nuevo Diccionario de la Biblia (1999). A.Lockward. Editorial Unilit. Pagina 187.
[7] Nuevo Diccionario de la Biblia (1999). A. Lockward. Editorial Unilit. Pagina 500.

Entradas populares de este blog

SÍNTOMAS DE UNA CRISIS ESPIRITUAL

EL CONOCIMIENTO ES VANO SIN EL ENTENDIMIENTO

¿CÓMO VENCER AL PECADO?