YA PASÓ
El presente y el futuro ya son pasado. Así es el tiempo. La historia de Pablo en Tesalónica, en Corinto y en Atenas, ya pasaron, la historia de Carlos Marx y sus vanas filosofías ya pasaron, la historia de Albert Einstein con sus montón de fórmulas matemáticas ya pasaron. Ya todo ha pasado. La historia de personas como nosotros también pasaran a la historia. El deseo de conocer a Dios pareciera ser una utopía para quienes con un corazón enceguecido lo adoran. Nuestro país está lleno de personas religiosas que no saben a quién veneran. A aquel que no conocen, quien creó los cielos y la tierra, que permanece en el tiempo porque es Señor del tiempo es a quien predicamos y adoramos, por eso es que el apóstol Pablo no compartió de sus propios pensamientos a las personas, no invirtió su tiempo en meditar en banalidades, no buscó la satisfacción de sus propios deseos, sino miró a lo eterno, a lo que permanece para siempre, no fue su vida lo que sus ojos miraron sino la vida de Jesucri...