MÁS QUE UNA VICTORIA
A
veces vivimos como mendigos, conformándonos con solo las migajas, cuando
podemos disfrutar de más, me refiero a que no solo debemos buscar salir del
pecado o despojarnos de sus garras, sino más que huir de todo lo que es pecado
debiéramos ir con nuestra mirada y todo nuestro ser a Jesucristo, en el sendero
de la santificación, despojándonos de todo lo que no quiera dejarnos andar en
este camino que nos permite disfrutar de las bellezas de nuestro Señor.
“Por
tanto, puesto que tenemos en derredor nuestro tan gran nube de testigos,
despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos
envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por
delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la
fe, quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz, menospreciando la
vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios.” Hebreos 12: 1-2 (LBLA)
No
hay nada mejor que gozarse en el Señor de tal manera que el pecado ya no sea
una preocupación, ni las ansiedades, el mundo o cualquier otra cosa, porque lo
único que importa en verdad es Jesucristo, por lo tanto, más que una victoria
sobre una lucha que tengas busca desde lo más profundo de tu corazón a
Jesucristo como la meta diaria de tu vida.
CONFIAR
EN EL EN MEDIO DE NUESTRA ANGUSTIA
En
medio de angustia y tristezas que pueden ser justificadas por el dolor de una
enfermedad o de la muerte de un familiar es necesario aprender a confiar en el
Señor, pero ¿Cómo si es un dolor tan profundo? No hay respuesta humana para
este cuestionamiento, pero la Palabra de Dios nos enseña a confiar en Dios. Un
ejemplo de un hombre que en medio de su angustia encontró paz en el Señor fue
el salmista, quien dijo:
“En
medio de mi angustia invoqué al Señor; el Señor me
respondió y me puso en un lugar espacioso.” Salmos 118: 5 (LBLA)
Otro
ejemplo que podemos encontrar en las Escrituras es Job. Job fue un hombre que
tuvo gran aflicción en su vida, sus hijos murieron, sufrió una terrible
enfermedad y todo lo que poseía se estaba desvaneciendo, aunque al principio
enfrentó esta situación con confianza en Dios, luego de ciertas situaciones
empezó a perder la esperanza aun por seguir viviendo, lo cual es algo muy
normal, podemos todos tener ese momento tan natural que aun nuestro Señor
comprende, pero luego de escuchar la voz consoladora de Dios, él dijo:
“Entonces Job respondió al Señor,
y dijo:
Yo sé que tú puedes hacer todas las
cosas,
y que ningún propósito tuyo puede ser estorbado.
«¿Quién es este que oculta el consejo sin entendimiento?».
Por tanto, he declarado lo que no comprendía,
cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no sabía.
«Escucha ahora, y hablaré;
te preguntaré y tú me instruirás».
He sabido de ti solo de oídas,
pero ahora mis ojos te ven.
Por eso me retracto,
y me arrepiento en polvo y ceniza.”
Job 42: 1-6 (LBLA)
No
son los momentos de aparente mayor prosperidad los que más nos hacen crecer
espiritualmente, confiar más en nuestro Señor y conocerle mejor, sino son los
más difíciles, aquellos que tememos que nos ocurran, pero es en medio de
momentos tan incomprensibles y dolorosos como los que enfrentó Job que Dios nos
enseña a confiar en El en medio de cualquier situación, por lo tanto no pienses
mal del sufrimiento sino procura mirarlo con otros ojos, unos que se enfocan en
Jesucristo de tal manera que aun en medio del dolor se regocijan porque
comprenden que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien.
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