IGLESIA CLANDESTINA


En estos tiempos, tiempos de confinamiento, donde aparentemente no es posible reunirse de manera libre en la congregación, como tampoco participar de la cena del Señor, el bautismo y el compartir, es importante aprovechar mejor el tiempo, recordar que somos ciudadanos del Reino de los Cielos, guardar la Ley de Dios en nuestros corazones sobre cualquier otra ley, escudriñar las Escrituras, pero sobre todo, ponerla por obra, porque no sirve de nada tener la mente llena de información y seguir llevando la misma vida.

Las megaiglesias se encuentran en crisis en estos momentos, gracias a Dios. La pandemia no solo es una advertencia para el mundo, para que se arrepientan y crean en Jesucristo, sino también es una disciplina para las iglesias que se han encargado de llenar sus bolsillos, sus templos de multitudes con corazones vacíos, olvidando la gran comisión, lo que está pasando actualmente quizás empeorara, pero será para bien, a fin de que se despierte la verdadera Iglesia de Cristo, deje tanta comodidad, salga de su error al querer parecerse al mundo y siga a Cristo.

La pandemia que se vive ha traído tanta información en la televisión, YouTube, Facebook, etc., que la gente está confundida y ya no sabe que creer, es así que se hace más necesario en la actualidad la proclamación de la verdad. Es importante que se levanten los pregoneros de la fe y hablen de la verdad, la verdad es Jesucristo y saturarnos de la Palabra de Dios es ver con claridad lo que está pasando.

Este mundo es tan vano como lo son sus deseos, no existe razón para seguirlo, pero en Cristo la cosa es diferente, cambia un montón todo, porque no se vive por lo que se ve, sino se vive por lo que se verá, es decir, que la esperanza no está en el presente, en el sistema, sino en lo por venir, que es verdadero y real.

No seguir al mundo y a sus deseos, es una decisión que como cristianos tenemos que tomar, porque es parte de nuestra esencia, no hacerlo es apagar el fuego del Espíritu Santo, es acomodarnos al mundo. No significa que seguir a Cristo sea regañar a todo el mundo y gritarles que se van a ir al infierno, sino es negarse a sí mismo, tomar su propia cruz, y pregonar el arrepentimiento y la fe en Cristo, reconociendo también en cada instante que nadie ni nada puede separarnos del amor de Cristo como dice Romanos 8: 35-39, ni siquiera una peste o virus.

El virus, como el hambre, la codicia o el egoísmo mismo del hombre ha existido en este planeta desde la caída del hombre. Que el virus no nos haga olvidar, ni tapar nuestros oídos para que no oigamos, ni nuestros ojos para que no veamos lo que está ocurriendo, las muertes por la guerra, los niños abandonados, las mujeres desamparadas, los asesinatos tan terribles que por año ocurren a inocentes niños, llamando a esta terrible y desastrosa practica aborto. Lo anterior ha causado más muertes que el coronavirus. Es así que nuestra realidad circundante debiera llevarnos a pensar en el triste resultado que deja el pecado y en el verdadero significado de la vida para que nuestra voluntad sea movida por la voluntad de Dios.

El mensaje sigue siendo el mismo, el evangelio, este y no otro. Se necesitan predicadores que expongan la verdad al mundo, llamando a las personas a la fe en Cristo y que sean puestos a prueba, porque todo lo que parece oro tiene que probarse para saber si es verdadero oro. Si quieres que el ministerio sea aprobado por Dios tiene que pasar por fuego, el fuego de las pruebas que permiten probar lo verdadero; en este tiempo de prueba que Dios nos ayude, nos de fuerzas, para seguir con gozo y así ser hallados fieles.

En estos días los falsos maestros se podrán manifestar con mayor claridad, los que estaban errando en sus enseñanzas ser corregidos, y quienes están firmes en la fe, fortalecer su fe en Cristo mayormente.

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: “¡Señor, Señor!”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.” Mateo 7: 15-21 (RVR 1995)

El mundo y todo lo que este sistema posee no es mayor que Dios, entonces estemos tranquilos.

“Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” 1 Juan 4: 4(RVR 1960)

El Espíritu de Dios, Dios Espíritu Santo, debe guiarnos en el amor (1 Juan 3), guiarnos a Él, esta debe ser nuestra manera de corresponder, en amor. El amor, aunque el sistema nos incite al odio, el amor, aunque estemos enfrentando persecución, siempre el amor, el amor verdadero, el amor de Dios.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CONOCIMIENTO ENVANECE

NO PUEDES EVITAR QUE UN PÁJARO VUELE SOBRE TU CABEZA

EL CONOCIMIENTO ES VANO SIN EL ENTENDIMIENTO