APÁRTATE DEL ECUMENISMO
En el antiguo testamento satanás se
sirvió del ecumenismo para hacer caer a Israel, provocando al pueblo a que se
uniera con las hijas de Moab, quienes invitaron a los hombres de Israel a ir
tras la idolatría, provocando así la ira
de Dios (Números 25). El ecumenismo es una estratagema que satanás aún sigue
usando.
En
el mensaje a Pergamo el Señor Jesucristo, quien tiene la espada de dos filos
(hebreos 4: 12), advierte a la Iglesia:
“Y escribe al ángel de la iglesia en
Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: Yo conozco
tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi
nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo
fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. Pero tengo unas pocas
cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que
enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas
sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. Y también tienes a los
que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. Por
tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con
la espada de mi boca. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a
las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré
una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual
ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
Apocalipsis 2: 12-17 (RVR 1960)
Pergamo,
fue una acrópolis que hizo parte del imperio romano desde el año 133 a.C., es
decir que fue una ciudad alta y fortificada que también era lugar de culto a
los demonios. Fue un lugar de bastante idolatría y paganismo en el que reposaba
el templo de zeus (el mismo satanás) con 9 metros de altura, 28 escalones de 18
metros que dirigían al altar de zeus, quien para los romanos se llamaba
júpiter, y para los antiguos cananeos baal. Aunque los nombres sean diferentes
sabemos que se trata de belcebú, el mismo satanás (Isaías 14: 12-14).
Elías
confrontó a quienes adoraban a baal y a sus sacerdotes (1 Reyes 18: 20-21) y es
esto mismo lo que se nos demanda hacer en la Iglesia, rechazar toda idea
ecumenista, no recibir a quienes vienen con una doctrina que no es de Dios,
sino del diablo. Muy probablemente Antipas, fue un mártir, quien murió
asesinado por desechar el paganismo y hablar en contra de estos dioses que
adoraban los paganos, dioses que realmente eran y son demonios.
La
religión católica surgió del ecumenismo; muchos que se hacían llamar cristianos
negociaron principios y se unieron a los paganos para formar lo que conocemos
hoy como catolicismo. El Señor exhorta a la Iglesia de Pergamo a que se
arrepienta de este mal, no permita doctrina extraña en la Iglesia, pero no
hacerlo, significa una cosa, que quienes reciben el ecumenismo no son
cristianos y lo hacen por rebeldía, no por ignorancia, por lo tanto, su
condenación es el infierno, porque una cosa es que como hijos de Dios podamos
caer y equivocarnos, sin darnos cuenta de la confusión, pero otra es empezar a
negociar conscientemente principios.
“Amados, por el gran deseo que tenía de
escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros
para exhortaros a que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez
dada a los santos, porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los
que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos,
que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios y niegan a Dios, el
único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.” Judas 3-4 (RVR 1995)
Comentarios
Publicar un comentario