SIN CONTAMINACIÓN
Pureza significa
sin contaminación, comúnmente se le
ha relacionado con la virginidad, dentro de la sexualidad,
pero la pureza implica algo mucho mayor a no tener relaciones sexuales antes
del matrimonio, tiene que ver con integridad,
obediencia a Dios, respeto, control, dominio propio y una mente limpia que
sirve a Dios.
En la mente se libra la mayor batalla de
todas, una que el creyente en Cristo tiene que enfrentar todos los días,
continuamente, en todo momento, aun cuando está durmiendo, porque mientras
duerme muchos pensamientos obscenos pueden venir en un sueño que pueden llevar
a que, por ejemplo, eyacule involuntariamente, en medicina se le conoce a tal
momento como polución nocturna, coloquialmente también es conocido como sueño
húmedo, que para muchos es visto como una marca del comienzo de la
adolescencia, algunas personas dicen que es natural de la misma manera que lo
es el periodo menstrual en las mujeres, pero según enseña levítico 15 es una
inmundicia, que aunque sea natural puede llevarnos a buscar alimentar nuestra
mente con pensamientos lascivos, si permitimos ser conducidos por lo engañoso
de nuestro corazón.
La inmundicia de nuestro corazón nos hace
repugnantes delante de Dios, contaminados por el pecado, por lo tanto,
necesitamos clamar con urgencia al Señor que nos limpie, postrarnos ante
Jesucristo, como hizo el leproso (Mateo 8:2-4) y decirle “Señor, si quieres, puedes limpiarme.” (Mateo 8: 2) y Él nos
limpiara, porque eso es lo que quiere en nosotros, limpiarnos de toda la
suciedad del pecado, no con agua, sino con su sangre, a todo aquel que en El
cree.
El Señor da vida a un corazón muerto y,
gracias a su Obra Redentora, limpia a todo aquel que cree en Jesucristo, y “lo que Dios ha limpiado,
no lo llames tú impuro.” (Hechos 10: 15)
El pecado ha pervertido la pureza en la
sexualidad del ser humano a tal punto que lo ha llevado a cometer actos aun
vergonzosos de mencionar. Antes se les llamaban perversiones sexuales ahora se
denominan por la psiquiatría como parafilias, las cuales recogen
comportamientos como la pedofilia, el sadismo, el masoquismo, el
exhibicionismo, el vouyerismo, la zoofilia, la coprofilia, la necrofilia, el
fetichismo, el frotismo, la podofilia, entre otros.
Richard von Krafft-Ebing sobre las
perversiones sexuales en su libro Psychopathia sexuales las nombró como “esos monstruosos actos sádicos "
(p. 389), no importa como se llame su efecto siempre será el mismo, destrucción
de vidas, de hogares y de toda una sociedad. Se ha visto que, a través de la
historia, las parafilias son más frecuentes en hombres que en mujeres, muchos
lo asocian a la depravación en el instinto natural de cortejo del hombre hacia
la mujer. Pero esta corrupción no puede ser justificada solo por el hecho de
ser hombre ni por una condición social ni siquiera por una cultural, porque la
causa principal de toda inmoralidad sexual es el pecado, el pecado que no solo
deshonra a Dios, sino que se entrega a la idolatría, porque la idolatría siempre
ha estado ligada a la perversión sexual.
“Lo invisible de él, su
eterno poder y su deidad, se hace claramente visible desde la creación del
mundo y se puede discernir por medio de las cosas hechas. Por lo tanto, no
tienen excusa, ya que, habiendo conocido a Dios, no lo glorificaron como a
Dios, ni le dieron gracias. Al contrario, se envanecieron en sus razonamientos
y su necio corazón fue entenebrecido. Pretendiendo ser sabios, se hicieron
necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por imágenes de
hombres corruptibles, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual,
también los entregó Dios a la inmundicia, en los apetitos de sus corazones, de
modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la
verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que
al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por eso Dios los entregó a
pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron las relaciones naturales
por las que van contra la naturaleza. Del mismo modo también los hombres,
dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos
con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en
sí mismos la retribución debida a su extravío. Como ellos no quisieron tener en
cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente depravada, para hacer cosas que no
deben.” Romanos 1: 20-28 (RVR 1995)
La necedad del mundo se manifiesta debido a la
ausencia del temor a Dios, es así que la sociedad día a día está aceptando y
empezando a normalizar las parafilias. En estos tiempos se ha visto el
froteurismo, por ejemplo, como un tipo de parafilia que se ha convertido en,
como afirmó Blanco (2017) “el principal
tipo de trastorno parafílico” (p.9) Esta depravación, como todas, surge en
la mente, más que en el acto.
“Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su
corazón.” Mateo 5: 28 (RVR 1960)
El reggaetón, por ejemplo, se ha formado como
un estímulo auditivo que busca todo tipo de depravación sexual, lo que provoca
daño no solo en la mente de la persona que lo escucha sino a toda una sociedad,
porque estas acciones se reproducen. Para el psiquiatra Richard von Krafft-Ebing
todo acto sexual que no busca la reproducción es una depravación sexual, lo
cual es coherente en muchas depravaciones que aun la misma Biblia enseña, como
la que cometió Onan
“Sabiendo Onán que la
descendencia no sería suya, cuando se llegaba a la mujer de su hermano vertía
en tierra, para no dar descendencia a su hermano. Como desagradó a Jehová
lo que hacía, a él también le quitó la vida”
Génesis
38: 9-10 (RVR 1995)
La adolescencia es una etapa de la vida en la
que existe mucha confusión sobre la sexualidad, lo que ha venido aumentando en
estos tiempos debido a la alta exposición de diferentes tipos de perversión
sexual.
El inicio del voyeurismo lo sitúan en la adolescencia, asociado a la
excitación sexual después de la observación, tal vez casual, de una mujer
desnuda, una pareja durante el acto sexual, u otras; posteriormente el sujeto
asocia las fantasías con la masturbación, condicionando la excitación sexual.
El froteurismo lo explican a través del aprendizaje por imitación, o sea, la
observación de la misma conducta en otras personas y su posterior repetición
(Sandin y Ramos, 1995)
La pornografía es como se le conoce
coloquialmente al voyeurismo, una depravación sexual que menosprecia al prójimo para luego menospreciarse a sí mismo,
provocando que muchos terminen suicidándose, con una muy baja autoestima o
dificultad para establecer relaciones sociales.
Las personas han pasado de criticar a
practicar estas conductas vergonzosas, como si fueran animales irracionales,
aun se podría decir que muchos animales dan mejor ejemplo de sexualidad a los
seres humanos. Numerosos padres, en vez de ser un modelo para bien a sus hijos
son uno de mal, haciendo que ellos repitan lo mismo, porque se ha perdido el
verdadero significado del amor, del amor
que honra a Dios y respeta a sus semejantes.
La naturaleza del hombre está en caída,
dirigiéndose a su propia autodestrucción, a menos que se arrepienta y vuelva su
mirada a su Creador, reconociendo la Obra Redentora de Cristo Jesús.
“Puesto que Cristo ha
padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo
pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el
pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las
pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios. Baste ya el tiempo
pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias,
placeres, borracheras, orgías, disipación y abominables idolatrías. A
estos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo
desenfreno de disolución, y os ultrajan; pero ellos darán cuenta al que
está preparado para juzgar a los vivos y a los muertos, porque por esto
también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en
carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios.”
1
Pedro 4: 1-6 (RVR 1960)
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