SEXTING
El sexting es
una práctica sexual perturbadora que consiste en enviar mensajes con contenido
sexual, ya sea de manera escrita, por fotos o videos. Según un estudio
publicado en la revista JAMA Pedriatics (2018) ha aumentado en los últimos
años, principalmente en menores de 18 años, sus
consecuencias, entre otras, han abierto las puertas al llamado grooming (engaño
pederasta) y ciberacoso.
En el contexto contemporáneo donde se transita
en un camino peligroso para la integridad porque se está llamando malo a lo
bueno y bueno a lo malo (Isaías 5: 20) el sexting no solo se está viendo como
algo normal sino aún muchos aconsejan hacerlo, ignorando a las personas que han
sido violentadas por tal perversión. En una película basada en hechos reales
llamada silencio roto o sexting en suburbia, se narra la historia de una joven
llamada Dina que empezó a enviar fotos de ella desnuda a su novio, quizás porque
él se las pidió, fotos que luego su novio publicó y se hicieron virales, lo que
provocó que ella fuera acosada constantemente en el colegio y debido a tanta
presión decidiera ahorcarse, acabando con su propia vida. Como Dina muchas
mujeres y hombres han terminado con su vida por todo lo que implica el llamado
sexting. Pero no es un problema que pueda ser resuelto con acciones como
prohibir el uso de las TIC, porque no es una cuestión de conducta sino de
corazón.
La raíz de todo problema, como el sexting, es
el corazón, como dijo John Pipper en una predicación “el abuso del hermoso regalo del sexo es un síntoma de enfermedad, no
la enfermedad (…) este es el problema principal: restáurame el gozo de tu
salvación, porque cuando este gozo se pierde ingreso a la pornografía (…)”
en este caso se podría decir que al sexting. Es importante que ataquemos al
problema principal, en nuestras vidas, de rodillas delante de Dios, buscando su
presencia de corazón, regocijándonos en su salvación.
“Someteos, pues, a
Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4: 7 (RVR 1960)
Satanás, el sistema y nuestra propia carne
quieren vernos destruidos bajo una estrategia muy sutil y engañosa que muestra
lo malo como atractivo para luego desecharnos. El sexting es una trampa que
aparentemente se ve atractiva a los ojos del hombre, como lo es para un ratón
un pedazo de queso en una ratonera. Por lo tanto, es importante tener mucho
cuidado, como dice la Palabra:
“¡Estén alerta!
Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león
rugiente, buscando a quién devorar. Manténganse firmes contra él y sean
fuertes en su fe. Recuerden que su familia de creyentes en todo el mundo
también está pasando por el mismo sufrimiento.”
1 Pedro 5: 8-9 (NTV)
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