REEMPLAZAR LOS MALOS HÁBITOS POR BUENOS
“Digo,
pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.”
Gálatas 5: 16 (LBLA)
La adicción se
encuentra bastante relacionada a los malos hábitos, por lo que otra área en la
que tiene que luchar una persona adicta o ex-adicta es en sus hábitos. Los
hábitos se refieren a rutinas como también a lo que se hace en los diferentes
tiempos, pero principalmente es necesario que trabajemos en aquellos tiempos
que comúnmente llamamos “tiempos libres”, no es bueno usar tales tiempos para
el falso entretenimiento, sino es necesario ocuparlos para nuestra edificación
en nuestra relación con Dios, puede ser actividades tan sencillas pero
productivas como en meditar en el amor de Dios.
Cuando el tiempo
libre es usado para nuestro propio vano placer es cuando empezamos a crear hábitos
malos, pero cuando empezamos a usarlo para la gloria de Dios se vuelven en
tiempos productivos. Al principio no será fácil, porque no es fácil cambiar de
hábitos, pero será necesario, por lo que aunque duela o produzca ciertas
molestias es necesario hacerlo como una decisión radical con la esperanza clara
de que será bueno y agradable.
La esclavitud al
pecado es la condición natural del ser humano pero cuando este hombre se
arrepiente y cree en Jesucristo es libre de su pecado. Por lo general este
recién liberado ha llevado una vida de malos hábitos que debe dejar atrás para
avanzar y así podrá reemplazar sus malos hábitos por buenos. Lamentablemente no
es anormal que un creyente tenga malos hábitos en su vida, es una realidad que
no podemos negar, pero es necesario que comprenda su libertad en Cristo para
vivir la libertad que tiene en Cristo. Lo anterior me hace recordar a lo que
ocurrió en Estados Unidos cuando se promulgó la libertad de los esclavos
africanos, aunque el edicto estaba escrito, muchos no lo creían, prefiriendo
seguir viviendo como esclavos. Para la mayoría vivieron un proceso de entender
el decreto que les daba la libertad, por lo que disfrutaron en verdad de su
libertad cuando comprendieron su libertad. Así mismo ocurre con muchos
creyentes, por lo que es necesario reconocer que cada uno tiene su proceso en
el que debe fortalecerse en la fe en Cristo y en la libertad que Dios le ha
dado para que con entendimiento y seguridad en Cristo pueda decirle NO al
pecado, NO a una vida de esclavitud en la que antes vivía, porque ya no le
gobierna más, porque Dios ha promulgado el edicto de libertad sobre su pecado.
Los malos
hábitos del creyente serán dejados atrás en su convicción y firmeza en la
libertad en Cristo, por lo que es necesario que se refugie en su Salvador y sea
radical en sus decisiones. Solo es posible vivir verdadera libertad en
Jesucristo, una vez más recalcamos que no es en la psicología que una persona
puede ser libre, sino solo en Jesucristo, entonces si aún no has nacido para la
libertad de Jesucristo primeramente debes ir confiadamente ante al trono de
gracia y oportuno socorro para proclamar con tu corazón y boca que Jesucristo
es tu Señor y Salvador, el único que puede sostenerte y en fidelidad darte
refugio verdadero.
Comentarios
Publicar un comentario