¿QUÉ SIGNIFICA SER UN HOMBRE Y QUE SIGNIFICA SER UNA MUJER SEGÚN LA BIBLIA?
El feminismo se ha tornado tan extremista,
pero tan aceptado, que ya no es bien visto, en muchos lugares, que un hombre se
comporte como un hombre, porque eso lo hace machista ante la sociedad,
feminizando a las generaciones contemporáneas y provocando un total desastre,
no solo a nivel colectivo sino individual, confundiendo la identidad de muchas
personas de tal manera que ha sido esta ideología, una de las principales
responsables de multitud de suicidios alrededor del mundo.
Muchos hombres ya no se comportan como hombres
por el miedo a ser rechazados, pero también pasa lo mismo con las mujeres, no
encuentran su identidad femenina debido a que muchos han usurpado el feminismo
innato de la mujer, corrompiendo el mismo valor de ser mujer. Esto es todo un
desastre, pero es un desastre que la sociedad en su mayoría ha decidido asumir,
al igual que lo hizo Sodoma y Gomorra (Génesis 19), pero la paciencia de Dios y
su misericordia, aunque es
grande tiene un límite. Cuando llegue este límite no habrá oportunidad de
Salvación para ninguna persona que decidió corromper el diseño original de
Dios.
¿QUÉ SIGNIFICA SER UN HOMBRE SEGÚN LA BIBLIA?
El hombre fue creado antes que la mujer,
formado del mismo polvo de la tierra (Génesis 2: 7), con el fin de que labrara
y cuidara la tierra de la que fue tomado (Génesis 2: 15). Es importante
reconocer que el varón no procede de la mujer sino la mujer del varón (1
Corintios 11: 8) y esto no quiere decir que el hombre es superior a la mujer,
sino la Biblia nos habla de un orden y unas funciones o roles diferentes y
particulares (1 Corintios 11: 7-16).
En el principio fue creado el hombre y la
mujer con el fin de que juntos administraran con sabiduría la tierra que Dios
les había entregado, pero la función de los dos no era la misma, sino diferente
para que fuera complementaria. El hombre era el responsable delante de Dios, es
decir la cabeza que tenía que responder a Dios en primer lugar, por esta razón
cuando Adán y Eva pecaron, al primero que el Señor llamó fue a Adán, no a Eva.
Esto es muy importante tenerlo en cuenta, porque en la actualidad abundan los
hombres que ya no quieren hacerse responsables de su hogar, argumentando que la
mujer lo puede hacer mejor que él, que cada quien es libre de decidir o que no
tienen tiempo para su familia. Mas estos padres tendrán que rendir cuentas
delante de Dios y en aquel momento no habrán excusas ni pretextos.
“Y si mal os parece
servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes
sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los
dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a
Jehová.” Josué 24: 15 (RVR 1960)
Un verdadero hombre es como Josué, quien se
ocupó de su familia en formar en cada uno de ellos el temor a Dios, caminando
adelante y junto a ellos como líder, guiándolos a servir a Dios.
“Entonces le dijo su mujer:
¿Aún retienes tu integridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como
suele hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué? ¿Recibiremos
de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus
labios.” Job 2: 9-10 (RVR 1960)
Un verdadero hombre ama a su mujer, pero
obedece a Dios antes que a ella. Así como Job quien amaba a su mujer, pero
confiaba más en Dios que en ella, por esta razón su hogar era firme, porque no
era dirigido por una mujer, ni siquiera por el mismo Job, sino por Dios. Si el
orden del hogar es tal cual como Dios lo estableció en la Biblia de seguro que
será un hogar prospero.
“Vosotros, maridos,
igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso
más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras
oraciones no tengan estorbo.” 1 Pedro 3: 7 (RVR 1960)
Un verdadero hombre reconoce que no es
superior ni inferior a su mujer, pero que ella tampoco es igual a él, por lo
tanto, la trata como debe ser tratada una mujer, sabiamente, dándole honor como a vaso más frágil.
¿QUÉ SIGNIFICA SER UNA
MUJER SEGÚN LA BIBLIA?
Cuando un bebe nace casi siempre todos los que
hacen parte del entorno más cercano de sus padres preguntan ¿niño o niña? Es
una pregunta completamente natural que se hace porque se puede responder de
manera sencilla, básicamente por su aparato reproductor. Pero nuestra necia
sociedad contemporánea ha querido complejizar y corromper aun aquello tan
sencillo y natural como la misma naturaleza sexual del ser humano.
La mujer no se hace se nace, es una verdad tan
clara que no debería ser cuestionada, pero la necedad del ser humano parece que
no tiene límites, porque su depravación es tan grande que ha buscado a través
del engaño llamar mujer al hombre y al hombre mujer. Pero Dios estableció un
diseño original y un significado genuino de una mujer.
La mujer no fue creada del polvo de la tierra
como el hombre, sino fue creada de la costilla del hombre, para que reconociera
que es parte de él, como dice la siguiente poesía:
De
la costilla te hizo el Creador;
De
un hueso intermedio fuiste formada
Para
que, por tu marido, seas cobijada,
No
por ser pequeña o delgada
Sino
para que seas amada,
Me
imagino, de Adán, la sorpresa
al
tener consigo tanta belleza.[1]
La mujer fue creada para ser ayuda idónea del
hombre, esto no significa asistente, ni secretaria, sino se refiere a la misma
ayuda que necesita un ejército para tener fuerza y ganar la batalla.
“Y dijo Jehová Dios: No es
bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”
Génesis
2: 18 (RVR 1960)
Una mujer según la Biblia no es simple gracia
y vana hermosura, sino es valentía, coraje, esfuerzo, honor del marido,
protectora de su familia, sabia consejera y temerosa de Dios (Proverbios 12: 4,
31)
“Así que, como la
iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en
todo.” Efesios 5: 24 (RVR 1960)
La mujer está sujeta a su marido, no sumisa,
sino sujeta, es decir que su corazón está con él, como el de él con ella. Es
así que se ve la unión en el matrimonio, ninguno es superior al otro sino los
dos son uno.
“Así que no son ya más dos,
sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.”
Mateo 19: 6 (RVR 1960)
Es importante aclarar que una mujer no es
definida solamente por sus roles en el hogar sino, en primer lugar, al igual
que el hombre, se define por su relación con Dios, por lo tanto, no necesitas
estar en el sagrado vinculo del matrimonio para saber lo que significa ser
mujer o lo que significa ser un hombre, sino lo primero que necesitas es
restaurar tu relación con Dios, por medio de Jesucristo.
“Palabras del rey Lemuel; la profecía con que
le enseñó su madre.
¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre?
¿Y qué, hijo de mis deseos?
No des a las mujeres tu fuerza,
Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes.
No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los
reyes beber vino,
Ni de los príncipes la sidra;
No sea que bebiendo olviden la ley,
Y perviertan el derecho de todos los afligidos.
Dad la sidra al desfallecido,
Y el vino a los de amargado ánimo.
Beban, y olvídense de su necesidad,
Y de su miseria no se acuerden más.
Abre tu boca por el mudo
En el juicio de todos los desvalidos.
Abre tu boca, juzga con justicia,
Y defiende la causa del pobre y del menesteroso.
Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?
Porque su estima sobrepasa largamente a la de las
piedras preciosas.
El corazón de su marido está en ella confiado,
Y no carecerá de ganancias.
Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.
Busca lana y lino,
Y con voluntad trabaja con sus manos.
Es como nave de mercader;
Trae su pan de lejos.
Se levanta aun de noche
Y da comida a su familia
Y ración a sus criadas.
Considera la heredad, y la compra,
Y planta viña del fruto de sus manos.
Ciñe de fuerza sus lomos,
Y esfuerza sus brazos.
Ve que van bien sus negocios;
Su lámpara no se apaga de noche.
Aplica su mano al huso,
Y sus manos a la rueca.
Alarga su mano al pobre,
Y extiende sus manos al menesteroso.
No tiene temor de la nieve por su familia,
Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
Ella se hace tapices;
De lino fino y púrpura es su vestido.
Su marido es conocido en las puertas,
Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
Hace telas, y vende,
Y da cintas al mercader.
Fuerza y honor son su vestidura;
Y se ríe de lo por venir.
Abre su boca con sabiduría,
Y la ley de clemencia está en su lengua.
Considera los caminos de su casa,
Y no come el pan de balde.
Se levantan sus hijos y la llaman
bienaventurada;
Y su marido también la alaba:
Muchas mujeres hicieron el bien;
Mas tú sobrepasas a todas.
Engañosa es la gracia, y vana la hermosura;
La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
Dadle del fruto de sus manos,
Y alábenla en las puertas sus hechos”
Proverbios 31 (RVR 1960)
La confusión que trae el pecado desvalora la
sexualidad, menosprecia la masculinidad y la feminidad y al mismo ser humano. A
continuación, se ahondarán varios temas referentes a cómo enfrentar las diferentes
batallas que se dan en la sexualidad humana.
[1] La Costilla. Recuperado
de https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-388150 el 21 de Noviembre del
2019
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