NO TOREEMOS AL DIABLO

 

No tentemos al tentador, no juguemos con la serpiente, no metamos las manos al fuego, no nos creamos más fuerte que nuestro enemigo, porque no tenemos que demostrar a nadie que somos superiores a nuestro tentador, es mejor huir ante el peligro, es mucho mejor que digan huyó un cobarde que cayó un valiente, por lo tanto no seamos orgullosos ni nos creamos fuertes ante la tentación sino más bien creamos lo que somos, que somos débiles y pobres necesitados continuamente del Señor, para huir rápidamente de toda cruel tentación, porque bien dice Proverbio 16: 18: “Antes del quebrantamiento es la soberbia, y antes de la caída la altivez de espíritu”.

Como muchos de mis hermanos, yo tambien me he encontrado, de manera personal, envuelto en grandes peligros y caídas debido a que he olvidado la gran verdad de Proverbios, por ello procuro tener cuidado de mí mismo, para no caer en el orgullo y para reconocerlo a fin de apartarme de este silencioso enemigo. No es bueno el orgullo, ni creerse firme como hemos dicho anteriormente, sino que es necesario que quebrantemos nuestro orgullo, nuestra soberbia, que mortifiquemos nuestra carne, nuestro yo, que nos humillemos por completo ante nuestro Señor y lo reconozcamos en todos nuestros caminos haciendo lo que es bueno, justo y agradable ante Sus ojos.

 

 

ALIMENTA TU AMOR A DIOS

La vida del creyente inicia en su justificación que da comienzo a su santificación, por lo tanto la santificación del creyente es toda su vida y eso hace que sea muy importante que le prestemos atención al consejo de Dios para vivir de manera piadosa en este sendero. Quisiera que cada uno de nosotros podamos tener muy en claro en nuestro entendimiento que es solamente por la Gracia de Dios que podemos vivir en humildad para disfrutar la piedad, pero que será el orgullo lo que nos llevará a caer en actos vergonzosos, por lo tanto memoricémonos en nuestra cabeza en todo momento “en humildad debo andar” y traigamos a nuestra memoria recuerdos que nos ayudan a permanecer en humildad.

La confrontación del pasado no es fácil, es mejor para muchos de nosotros olvidarlo, no traer a la memoria lo antiguo cuando el recuerdo ha sido malo, pero hay momentos que es bueno rememorar para no caer en el orgullo y te aconsejo que recuerdes muy bien de donde te ha sacado el Señor para glorificarlo cada vez más por Su Gracia inmerecedora en tu vida y para tener más misericordia hacia los demás. La iglesia de Éfeso aprendió muy buena doctrina, se esforzó en gran manera para evitar la apostasía y la falsedad, pero lamentablemente cayó en el orgullo, olvidando su primer amor.

“Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”

Apocalipsis 2: 2-7 (RVR 1960)

El enfriamiento, la falta de desear a Dios, una monotonía o trabajo sin amor a Dios, estudiar las Escrituras con ausencia de pasión, entre otras cosas, requieren ser confrontadas en el recordar de donde el Señor nos ha sacado. Si no recuerdas de donde has caído, si has olvidado tu pasado, tu historia, dile a tus padres que te la recuerden, pregunta cómo fue tu comienzo en tu vida, las tristezas que le produjiste a muchos, tus vergüenzas y caídas, para que los recuerdos de otros te lleven a recordar y a reconocer una vez más las misericordias del Señor para contigo, y en ese recordar puedas amarle más y ser más compasivo con los demás.

Es necesario que reconozcamos que tenemos confesiones vergonzosas y al mismo tiempo dolorosas, como una gran derrota, volver a caer en lo que creímos que nunca más íbamos a volver a caer, porque pensábamos estar lo suficientemente alertas y firmes, pero no fue asi y volvimos a ver al pecado de manera inofensiva trayendo como consecuencia nuestra tristeza y amargura. No será nunca casualidad el sentimiento de vergüenza y menos en quienes se supone que somos personas maduras en la fe, aunque no deberíamos pecar contra Dios y quienes nos rodean, muchas veces es algo que hacemos, aun asi el Señor en su Gracia nos levanta de nuevo y nos exhorta a ser vigilantes, a tener cuidado de nosotros mismos, a administrar bien el tiempo, a no creernos mejor de lo que somos, por nuestro bien, porque esta lamentable situación de orgullo nos puede llevar a la caída, que aún podría afectar nuestra salud física, pero tambien es hermoso poder ser quebrantados para que podamos conocer nuestro corazón y trabajar con mayor firmeza contra nuestro pecado, y ¡que gozo es saber que puede ser restaurado un corazón arrepentido ante Dios!

Solamente la misericordia del Señor puede restaurar a una persona que ha caído en la vergüenza del pecado, ninguno lo merecemos pero gracias debemos dar a Dios por Jesucristo, nuestro Señor, quien derrotó el pecado y la muerte, es en Él, solo en Él que podemos obtener la libertad frente a nuestro pecado, la esperanza de un mejor lugar y verdadero gozo. Es a Jesucristo que debemos dirigirnos en medio de nuestra vergüenza, aun con nuestra suciedad y pecado, porque solo Él puede limpiarnos y restaurarnos, por lo tanto no temas ir ante Él, porque es el Medico que vino a los enfermos, es el Salvador que vino a salvar a los perdidos.

Un verdadero hijo de Dios no quiere más tener que experimentar el pecado, no lo desea sino lo odia, pero a veces caerá en el mismo por su soberbia, a fin de que reconociendo su maldad vuelva a Dios como el hijo pródigo, con un corazón contrito y humillado, uno que reconoce las bellezas del Señor y se lamenta por su condición pecaminosa para ir ante aquel que puede restaurar su alma. No nos dejemos engañar por la filosofía o psicología que continuamente enseña que Jesucristo no es suficiente, porque no es verdad, Jesucristo si es suficiente, su expiación es suficiente para la restauración de tu alma, solo tienes que verlo a Él y serás salvo, serás sanado, serás perdonados y serás restaurado, por lo tanto ruega a Dios que Su Misericordia sea acompañándote continuamente en tu vida, y fortalece tu confianza en Él, odiando toda clase de pecado, desechando toda oferta del mal, y deseando ser fiel a Dios, necesitado del Señor continuamente para que te ayude, y asi tambien poder estar cada vez más alerta contra las asechanzas del enemigo.

Si te sientes aburrido, triste o en soledad, no te atribules, sino descansa, espera en el Señor, y no vayas a ir a ningún ídolo, a ninguna adicción, sino recházala, aunque quiera atraerte huye de ella y si te sientes cansado o desesperado ora a Dios, pero no te dejes llevar por tus emociones las cuales te pueden engañar para caer en el pecado. No te canses de luchar contra el pecado, pero si te cansas ve ante Dios pidiéndole que te fortalezca para poder seguir luchando hasta tu muerte contra este gran mal. A veces pueden servir estrategias como contar los dias que no has estado en esa adicción, como un ánimo, pero creo que es mejor tomar una decisión radical contra el pecado de no volver a caer nunca más en esta adicción. Aun asi puede que vuelvas a caídas terribles, en donde no pudiste manejar la ansiedad y volviste a caer, que triste es esta situación, pero no te quedes con la caída, sino confiesa ante Dios tu pecado y aprende de tus errores para estar más alerta en una próxima situación en la que experimentes la misma ansiedad. De manera practica puedes escribir una estrategia que podría ayudarte para evitar caer, conociendo bien tus debilidades, y tambien pueden ser de gran utilidad hacer fuertes resoluciones en tu corazón.

Personas de ejemplo en piedad como Jonathan Edwards escribieron resoluciones que les permitieron vivir disfrutando al Señor Jesucristo en la libertad y gozo que solo Él puede dar. Estas resoluciones se refieren a estrategias o decisiones que resuelves hacer para poder crecer mejor en la santidad y en el gozo del Señor, no todas deben ser iguales, pero puedes tomar como referencia las que escribió Edwards, y con sinceridad en tu corazón escribir las tuyas. Pueden ser cosas sencillas como cuidar tu mirada, dejar de frecuentar ciertos lugares, evitar el uso del celular en privado, vender el televisor, dejar de hablar con algunas personas, vestirte de una manera diferente, evitar largos tiempos de ocio, entre otras que te pueden ayudar a matar y despedazar con mejor precisión a este pecado que mora en ti y quiere tomar ventaja en tu vida, y esto debes hacerlo con la correcta de motivación de disfrutar del Señor, de alabarlo con una conciencia limpia.

No quiere que creas que ignoro que en medio de la tentación es difícil pensar sensatamente, porque el engaño parece llevarnos a olvidar lo terrible que es la caída, haciéndonos creer lo contrario, que es disfrutable, llevándonos a perder todo sentido de razón y de prudencia, porque no se piensa con sensatez sino solo se decide bajo el engaño del placer, un placer que es ilegitimo, porque es uno que se da por el pecado, por la codicia. Por lo anterior creo que es necesario aprender a abstenernos de los perversos deseos. La abstinencia es algo importante en la vida del cristiano, es una decisión radical que exige compromiso y una motivación correcta, la cual debe ser glorificar a Dios con un corazón limpio, pero como es un aprendizaje, no nacemos con ello, es necesario que seamos constantes e intencionales en abstenernos de todo tipo de mal, para que cada vez más esta decisión sea arraigada en nuestra vida.

Satanás, el sistema y sus demonios saben muy bien que después de que una persona se ha ensuciado por el pecado, o se siente sucio por su pecado, es mucho más fácil dominarlo y que caiga en más y más pecado. Pero no es verdad que después de caer en un pecado tengas el derecho de caer como un cerdo en todo el lodo, que nunca vas a cambiar y que es mejor vivir como un cerdo en medio de la suciedad, sino lo mejor que debes hacer cuando has pecado es ir inmediatamente ante Dios en arrepentimiento y procurar con todas tus fuerzas no volver a caer, porque después de una caída la tentación se hará más fuerte, pero resiste, solo asi aprenderás a abstenerte del mal. No dejes que la ansiedad te consuma sino llévala a los pies de la cruz, entrégale a Dios todas tus ansiedades y preocupaciones, porque Él tiene cuidado de ti y en el punto de decisión, de fragilidad, huye con todas tus fuerzas del mal, y aunque no parezca natural al principio, sino un gran esfuerzo, progresivamente se hará normal en tu vida. Por ultimo recuerda que no puedes solo, necesitas primero de Dios y del apoyo de la iglesia, reúnete en una iglesia en donde puedas ser pastoreado en los verdes y deliciosos pastos de la sana doctrina.

La batalla diaria contra el pecado requiere de fuertes resoluciones, decisiones radicales, una conciencia limpia, un corazón entregado al Señor, un profundo deseo hacia Dios y un gozo inconmovible. Nos encontraremos en dias en los que se necesitara más lo anterior que otros, pero en todos los dias debemos estar igual de bien preparados, para que cuando llegue la tentación o el momento de ansiedad podamos desechar, sin dudar, al pecado y, con nuestra mirada puesta en Jesucristo, disfrutar de cada circunstancia o momento. Para poder vencer las adicciones, las cuales son esclavitudes a las que voluntariamente nos hemos involucrado, es necesario que diariamente tomemos la decisión radical de decirle NO al pecado, debemos recordarlo a diario, no solo con los pecados que culturalmente se han catalogado como vergonzosos sino tambien con aquellos que aparentemente son inofensivos, pero pueden ser hasta peores, por lo que luchemos contra todo pecado de la misma manera, reconociendo que solo podemos disfrutar de la libertad del pecado en la Gracia sustentadora de nuestro Dios.

La Gracia de Dios debe ser suficiente, el comprender que Dios es más grande que cualquiera, que la salvación es gratuita y aunque no la merecemos Dios ha querido dárnosla, en que este mundo pasará, pero un día estaremos con el Señor a quien debemos disfrutar con todo nuestro corazón, y para ello debemos estudiar sus bellezas escritas en las Escrituras, y que hay libros que tambien podemos leer y nos pueden ayudar a ver mejor las bellezas de las Escrituras, para que amando más a nuestro Señor Jesucristo, podamos gozarnos y obedecer mejor sus mandamientos los cuales como enseña el Salmo 119 son un gran deleite para nuestra alma y serán siempre nuestro más grande sustento.

La lucha que tenemos no es contra personas sino contra principados y potestades infernales, los cuales solo buscan destruir a la humanidad, por lo tanto no nos airemos contra las personas sino contra estos enemigos y el pecado. No es fácil controlar la ira y el enojo, pero es necesario que lo hagamos, no airándonos contra el pecador sino contra el pecado, recordando que en “la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1: 20). Por lo anterior pongámonos toda la armadura de Dios que se ha descrito anteriormente y sigamos la justicia de Dios, con el ánimo de vivir en santidad y gozo.

 

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