FEMINISMO
El feminismo, como su misma palabra lo indica
se refiere o hace alusión a una doctrina que gira en torno a la mujer (fémina
(mujer) ismo (doctrina)), pero ¿Qué clase de doctrina o enseñanza expone o
propone?
El feminismo, como se le conoce, surgió a
partir de una serie de eventos que dieron origen a un movimiento que luego se
convertiría en una doctrina, a continuación se nombraran algunos de estos
eventos.
En 1789, la Revolución Industrial logró la
declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, pero la mujer no estaba
incluida en la misma, por lo que Marie Gouze, mejor conocida como Olympe de
Gouges, filosofa y política francesa, propuso y redactó la declaración de los
derechos de la mujer y de la ciudadana (1791), pero dos años más tarde fue
decapitada. A finales de la I Guerra Mundial, muchas mujeres alzaron su voz
para lograr obtener el derecho al voto, conocidas luego como sufragistas, dando
apertura a un conjunto de acontecimientos donde la mujer lograría su “propia
libertad”. A finales de la segunda guerra mundial, parece que el mundo ha
quedado al revés, la mujer, al frente de la economía y del cuidado de su
patria, mientras el hombre combatía.
A finales de los años 1960 surgen varios
movimientos (derechos civiles para los afroestadounidenses y estudiantes,
pacifistas contra guerra de Vietnam y “contraculturales” como los hippies) que
dieron pie a que la mujer se cuestionara sobre la falta de igualdad entre el
hombre y la mujer, en cuanto a lo político y su rol. Durante los años 1970
muchas mujeres lograron el acceso a puestos de poder, a la educación, a la
igualdad de salario, entre otras cosas y, aunque la participación de la misma
ha sido asombrosa, pertinente y significativa a través de la historia, no se
debe confundir lo anterior con feminismo.
Lo que conocemos hoy como feminismo, aunque en
un principio pareció ser un movimiento que dio lugar al derecho al voto de la
mujer y a su restitución de identidad (cuya motivación no era del todo
inadecuada), se puede decir que con el tiempo empezó a convertirse en una
religión que poco a poco comenzaría a desdibujar la identidad de la mujer. La
religión fémina podría ser una definición más cercana para lo que es feminismo,
pero en esta religión ya no se exalta a la mujer sino a una utopía de mujer. Según
esta perspectiva, “cualquiera” puede llegar a ser mujer, hasta un hombre puede
llegar a serlo, en otras palabras: “la mujer puede llegar a ser cualquier cosa
y cualquier cosa puede llegar a ser mujer”.
El movimiento o la doctrina feminista no es
pacífica, ni tampoco respetuosa, sino es más parecida al islamismo, porque su
origen es el odio. Loperfido (2020), con respecto al feminismo y muchas otras
ideologías contemporáneas dijo:
La violencia y el escrache terminan generando mecanismos de
autocensura. En consecuencia, las personas llegan, incluso, a inhibirse de
expresar sus ideas por miedo al escarnio que puedan sufrir por decir algo que
haga enojar a alguno de los tantos colectivos que hoy abundan. Estos grupos
creen poseer la verdad revelada y piensan que todo el que no sigue sus mandatos
debe ser castigado. [1]
La vanagloria es el fin de todo movimiento
humanista, como el feminismo, pero a la honra precede la humildad (Prov. 15:
33). La humildad entonces está completamente ausente en el pensamiento
feminista, siendo la desgracia su principal consecuencia.
La motivación de muchas mujeres, en primera
instancia no parece ser mala, pero hay un cuestionamiento después de haber
alcanzado la igualdad. ¿Cuál es el trasfondo de las propuestas (algunas) de la
liberación de la mujer? ¿Quieren ellas llegar a ser hombres? El deseo de poder
es algo que yace en el corazón del ser humano desde siempre y se hace visible
de diferentes maneras.
La frustración de la mujer se convierte en un
arma en su contra, una vez “alcanzada” la igualdad, se crea una insatisfacción
y por miedo a volver al modelo anterior prefiere volverse esquiva, lo que la
lleva al extremismo. Esto lo podemos notar hoy día, en la forma de su
vestimenta, su vocabulario y negación al caballerismo de un hombre, porque se
cree una mujer “independiente” que decide sobre su propia vida, su cuerpo y,
por eso, cree que tiene derecho al aborto.
Pero ignoramos la verdad y pecamos; hombre y mujer fueron creados a
imagen de Dios (Génesis 1.26-28), una imagen de igualdad que se desdibujó
cuando ambos fueron desleales a Dios. Había consecuencias “…y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti” y
aunque la sentencia era clara, en el A.T. NO
predomina el maltrato a la mujer, por el contrario, se dan instrucciones claras
sobre cuidar de las viudas y se nombran mujeres piadosas como Ana, Abigail,
Noemí, Rut, Ester y Débora. Además, se describe a la mujer virtuosa en
Proverbios 31 como luchadora, trabajadora, negociante, segura y confiada, pero
lo más importante temerosa de Dios.
Evidentemente muchas mujeres han perdido su
identidad y se han vuelto inseguras, es por eso que muchas creyeron que era
necesario el movimiento feminista. Pero es únicamente en Jesucristo que en
verdad se puede reconstruir la imagen que el mismo ser humano está perdiendo.
Él restituye la dignidad a la mujer, restaura y perdona a mujeres adulteras,
prostitutas y con mala fama y les da verdadera identidad. Pablo también
escribió “ya no hay judío ni griego; no
hay esclavo ni libre; no hay varón ni
mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal. 3: 28).
La corriente feminista es día a día más fuerte
en su propia debilidad, porque es debilidad, en vez de virtud y fortaleza lo
que alienta a esta alma rota. La rebeldía y no aceptación frente al diseño
original de Dios han promovido ideologías como la de Simone de Beauvoir. Nuria
Varela (2013) al detallar el impacto del pensamiento de Beauvoir escribió:
Desde Poulain de la
Barre hasta Wollstonecraft o Harriet Taylor ya habían
hecho hincapié en que no hay nada biológico que justifique la discriminación de
las mujeres y que una cosa era el sexo –diferencias biológicas– y otra lo que
la cultura decía que tenían que ser y cómo comportarse un hombre y una mujer.
Ninguno lo había expuesto de manera tan profunda, sencilla y resumida como lo
haría Beauvoir: “No se nace mujer, se llega a serlo”. La filósofa insiste
en separar naturaleza de cultura y profundiza en la idea de que el género es
una construcción social –aunque ella aún no utilice la palabra género–. [2]
La filosofa y compañera intima de Sartre,
llamado el padre del existencialismo, presentó una noción errónea sobre la
mujer que verdaderamente no es ni profunda ni honesta, sino vana y mentirosa,
porque mujer no se hace sino se nace,
aunque ni ella tenga certeza en sí misma de ser mujer, lo mismo ocurre con el
hombre. Pero como el feminismo es la moda de la llamada posmodernidad, entonces
ya no importa lo que la ciencia diga, ni siquiera lo que la misma razón enseña,
porque lo único que interesa es estar por encima de los demás, siguiendo a la
mayoría. Así lo demuestra la historia en países como España que sin vergüenza
promueven la dictadura que desea el feminismo, tal y como Lorenzo (2006) lo
afirmó
En 1898, la republicana y masona Amalia Carvia
escribe en el semanario madrileño Las dominicales del libre pensamiento:
«si esta empresa acometida por nosotras llega a ser mañana coronada por el
triunfo y el movimiento feminista de España pone a nuestra patria a la altura
de los más civilizados países...».[3]
El lenguaje inclusivo, en esta época, es una
perversión proveniente del feminismo porque la inclusión y el lenguaje
inclusivo originalmente fueron herramientas pedagógicas en pro de las personas
con discapacidad y los diferentes grupos étnicos, pero ahora la inclusión se ha
convertido en una depravación, aun hacia el mismo lenguaje, que solo busca
aceptar una moralidad ambigua en donde no es bueno que un hombre sea un hombre
ni una mujer una mujer, ni mucho menos se respeta el cuerpo, sino se desprecia,
a tal grado de prostitución que ni la identidad ni mucho menos la honra a Dios
existen.
Lean claramente y con discernimiento la
perversión que algunos medios promueven, como el Mundo Today promocionó, con
una expresión de alegría: “¡Por fin! ‘Mi
Lucha’ de Adolf Hitler ya tiene su adaptación con perspectiva de género, ¡y
ahora además fomenta el respeto a los animales!” [4]
. Esto es una completa absurdez, se preocupan más por los animales que por
sus mismos semejantes, el feminismo ha
pasado de ser una religión a ser un movimiento nazi que busca el exterminio
del hombre, la mujer judía y todo quien no apoye su idea de moralidad, porque
el odio es el verdadero sentido moral de todo lo que creen.
Un hombre no puede hablar en contra del
feminismo con la misma recepción que lo podría hacer una mujer, por lo tanto,
la invitación a las mujeres es a hablar con claridad sobre lo terrible que es
el feminismo, al igual que los hombres deben expresar lo detestable que es el
machismo, porque ni uno ni lo otro provienen de Dios sino son doctrinas de
hombres y construcciones socioculturales que de nada han servido a la
convivencia humana.
Hemos confundido igualdad con el ser
idénticos, cuando a simple vista se hacen claras las diferencias entre hombres
y mujeres. Las mujeres están hechas para ser tratadas como vaso más frágil, por
más rudas que se vean por fuera, les gusta la caballerosidad, la atención, el
sentirse amadas y protegidas, y eso no significa que sean inferiores. Ellas son
exquisitamente diferentes, autores como George F. Gilder (1973), en su libro suicidio sexual subraya la importancia
de estas diferencias citando a Margaret Mead “si una sociedad humana (…) ha de sobrevivir, las pautas de
funcionamiento social deben estar en conformidad con las diferencias entre
sexos, pues las diferencias entre sexos
constituyen el hecho más importante de la sociedad humana” (p.63), [5] en
pocas palabras, sin estas diferencias, la humanidad estaría extinta.
El hombre necesita de la mujer (Gen 2.18) pero
la mujer también del hombre, y aún más importante, la humanidad necesita a
Dios, porque nuestra plenitud está resuelta solamente en CRISTO.
[1] Loperfido, D. (2020).
El caso Jimena Baron y la desnaturalización del feminismo. Recuperado de https://www.infobae.com/opinion/2020/02/16/el-caso-jimena-baron-y-la-desnaturalizacion-del-feminismo/ el 19 de Marzo de
2020.
[2]Varela, N. (2013).
Simone de Beauvoir: no se nace mujer, se llega a serlo. Recuperado de http://nuriavarela.com/simone-de-beauvoir-no-se-nace-mujer-se-llega-a-serlo/ el 19 de Marzo de
2020.
[3] Lorenzo, J. (2006).
Feminismo ¿desde cuándo? Recuperado de https://cvc.cervantes.es/el_rinconete/anteriores/marzo_06/08032006_01.htm el 19 de Marzo de 2020
[4] El Mundo Today. Este
aliado feminista ha traducido “mi lucha” de Adolf Hitler al lenguaje inclusivo
y nos encanta. Recuperado de https://www.elmundotoday.com/2018/11/este-aliado-feminista-ha-traducido-mi-lucha-de-adolf-hitler-al-lenguaje-inclusivo-y-nos-encanta/ el 19 de marzo de
2020.
[5]
George F. Gilder (1973), Sexual Suicide, p. 63.
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