EXHIBICIONISMO

 

La desnudez, antes del pecado, no era motivo de vergüenza porque no había pecado en la vida de Adán y Eva, pero cuando llegó el pecado la mente del ser humano fue trastornada de tal manera que sintieron vergüenza y casi de inmediato cosieron hojas de higuera para hacerse delantales los cuales se pusieron para cubrir su desnudez, pero más que su desnudez querían construir un puente que eliminara su vergüenza y pecado.

El pecado quita libertades porque la mente empieza a corromperse. En el caso de Adán y Eva, a raíz del pecado, fueron llegando pensamientos de lujuria, inconformidad, egoísmo, odio, entre otros que les condujo casi de inmediato a cubrirse, más adelante en el mismo capítulo 3 de Génesis podemos observar que el Señor Dios “hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.” (v.21). Aunque Dios los había creado originalmente para que estuvieron desnudos, sin necesidad de usar ropa, la situación cambió debido al pecado, el mismo Señor hizo túnicas, no de higuera, sino de piel, no sabemos de qué animal, pero tuvo que haber sacrificado a uno para obtener tal piel, por lo tanto fue la primera muerte y el primer sacrificio de un inocente animal por el pecado del ser humano.

La desnudez es la característica principal del exhibicionismo o en palabras de la RAE (Real Academia Española) es “perversión consistente en el impulso a mostrar los órganos genitales” [1](2022), bueno es interesante que le llame perversión una institución que no es cristiana. El exhibicionismo es una depravación porque es una mentira y una perturbación para el ser humano. No es mala la desnudez, este no es el verdadero problema, sino la perversión de mostrar a otros la propia desnudez (Éxodo 20:26, 28:42, Levítico 18:6-18) o ver la desnudez de alguien más como lo hizo Cam cuando vio la desnudez de su padre (Génesis 9: 22-23). No solo busquemos evitar todo tipo de exhibicionismo por la razón de ser contrario a las leyes humanas sino principalmente porque aquello desagrada a Dios quien es al que como creación y como hijos (si es que has nacido de nuevo) debemos agradar con toda nuestra vida.

El exhibicionismo no solo promueve otras perversiones sexuales sino también está acompañada de otras situaciones que la suscitan, de las cuales es importante tener cuidado, porque se podría decir que son otras formas de mostrar o enseñar la desnudez como cuando una pareja de novios se besa o abraza de manera inapropiada en público, o una mujer se viste deshonrosamente, es decir con poca ropa o ropa muy ajustada. Pero lo anterior no significa que no se pueda mostrar la desnudez a nadie, sino que la desnudez es parte de la intimidad de cada ser humano la cual solo debiera ser enseñada dentro del matrimonio al cónyuge con quien te cases, es decir que por ser intimo el consejo es que procura que tu desnudez no sea conocida por nadie excepto por Dios, tu cónyuge y tú en tu privacidad.

No es bueno para el alma enseñar la desnudez del cuerpo a otros, por lo tanto no solo comete pecado quien ve pornografía sino también quienes se prostituyen o producen pornografía, dejando como consecuencia el decaimiento de toda una sociedad, por lo anterior una de las acciones que debieran ejecutar los gobernantes por el bien de su pueblo seria prohibir la pornografía y/o todo indicio de las mismas como la prostitución, algunos programas de televisión o películas con contenido de desnudez, y la justificación de diseñar tales limites tienen sus razones fundamentadas principalmente en la Biblia que nos enseña la voluntad de Dios para todo ser humano.

Los limites son importantes, evitan desastres, poner límites fue lo primero que hicieron Adán y Eva después de pecar para evitar caer en más pecado y ahora es necesario que establezcamos limites en nuestra sociedad debido a que como humanidad hemos permitido la entrada a diferentes tipos de perversiones, alejándonos cada día más de los designios de nuestro Creador.

La iglesia, es decir cada persona que está en Cristo, no es exenta a lo anterior, puede caer en algún momento de su vida de una u otra manera en lo anterior, pero no solo de manera física sino también de manera emocional ¿A quién estamos abriendo nuestro corazón?¿A quién le estamos entregando nuestra intimidad? Uno de los mensajes a la iglesia en Apocalipsis dice:

“Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Yo reprendo y castigo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.”

Apocalipsis 3: 15-19 (RVR 1960)

Es necesario preguntarnos ¿hemos caído en la tibieza de este mundo? Y si la respuesta es sí ¿Por qué? Muchas veces ha sido porque hemos enseñado nuestra desnudez emocional y espiritual al sistema, en vez de a Dios y si ha pasado aquello entonces arrepintámonos de nuestro error delante del Señor.

“Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida.” Proverbios 4: 23 (RVR 1960)

 



[1] Real Academia Española. Consultado en la página web dle.rae.es.

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