EL SILENCIO Y LA SOLEDAD EN EL MAL
El silencio y la soledad antes del mal no se sienten, pero allí están hablando fuerte desde su oscuridad para tentarnos a hacer lo que sabemos bien no está bien, por lo que si llegamos a caer en las garras del pecado siempre tendremos como resultado a estas dos acompañantes llamadas silencio y soledad. Por lo general una persona que comete crímenes lo hace en la oscuridad y en el silencio, por lo que no podemos permitir que el silencio predomine en nuestra vida sino ante Dios confesarle cada día nuestros pecados para no ser dominados por los mismos, pero si alguno cree que no tiene ningún pecado que confesar ante Dios es porque no ha comprendido la profundidad del mismo, porque aun en hacer el bien pecamos.
No permitas que
el silencio en tu interior te ahogue hasta conducirte al pecado y seguidamente
a la soledad, porque nunca el pecado cumple lo que aparentemente promete, sino
que por el contrario te dejara en tu propia condenación. Como le ocurrió a
Brayan, a muchos criminales le han ocurrido, de tal manera que algunos han
llegado a perder hasta la cordura, porque en medio del mal siempre habrá
destrucción, ruinas y abandono. Por lo anterior como soldados de Jesucristo
preparémonos bien, no solo en conocimiento sino en carácter, para andar en el
amor de Dios, uno que es radical en contra del mal, uno que es bueno pero a la
vez es sufrido, que no busca lo suyo pero en su fin encontramos bienestar,
porque el propósito principal del amor y la fe genuina en nuestra vida es
conocer cada vez más y mejor a nuestro Señor. Pero ¿Cómo lo hacemos? La fe
viene por el oír la Palabra de Dios y es en obedecerla que el amor a Dios va
creciendo cada vez más, por lo tanto es necesario que nos conduzcamos constantemente
en la perfecta santidad de Dios y nos alejemos de todo tipo de contaminación
que nos quiera alejar de la bondad de nuestro Señor.
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