¿DE QUÉ SE ALIMENTA TU ESPÍRITU?
El alimento es
esencial para el fortalecimiento, una mala alimentación concluye en una pésima
salud, por lo anterior es necesario que examinemos muy bien nuestra dieta
espiritual. Piensa de qué te alimentas social, emocional y espiritualmente en
la semana (Domingo a sábado), y escribe debajo de cada día en que de lo que
haces, escuchas o ves más consumes tiempo y atención en la mañana (el primer
cuadro) y en la noche (el segundo cuadro):
Domingo |
Lunes |
Martes |
Miércoles |
Jueves |
Viernes |
Sábado |
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Si en lo que
escribiste no se encuentra o se encuentra muy escasamente la oración, lectura
de la Biblia, meditación en la Palabra de Dios u obediencia a sus mandamientos,
entonces es necesario que empieces a hacer cambios radicales de hábitos. Lo
primero será examinar si el problema es mayor en el día o en la noche, por lo
general será en la noche, entonces después de identificar lo que te está
haciendo daño evítalo y reemplázalo por una buena y saludable alimentación. A
continuación de dejo una dieta balanceada que puedes hacer para la mañana y la
noche diariamente, pero recuerda que debes dejar con anterioridad toda comida a
la que llamaremos basura o pecado:
En el día:
·
Orar
·
Leer
la Biblia
·
Meditar
en la Biblia
·
Obedecer
la Biblia
·
Alabar
a Dios
·
Compartir
a otra persona de tu alimento saludable, es decir del mensaje del evangelio.
·
Ser
paciente
En la noche:
·
Orar
·
Leer
la Biblia
·
Meditar
en la Biblia
·
Obedecer
la Biblia
·
Descansar
en el Señor
·
Ser
paciente
“Por tanto, no durmamos como los demás,
sino velemos y seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y
los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del
día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con
la esperanza de salvación como yelmo.”
1 Tesalonicenses 5: 6-8 (RVR 1960)
Si te alimentas
bien y sigues la anterior dieta de seguro que tendrás una vida espiritual mucho
más saludable evitando posibles enfermedades, si quieres puedes compartirlo con
otros también. Pero en lo anterior recuerda que no debe hacerse de una manera religiosa
sino consciente porque lo que no se digiere conscientemente no se digiere.
¿DE QUÉ SE
ALIMENTA TU ESPÍRITU?
La enseñanza
anterior tiene un propósito y es empezar primeramente a examinar nuestro
corazón ¿de qué se está alimentando nuestro espíritu? Para que el Señor sea
guiándonos a su voluntad, porque el mejor Médico que podemos tener nuestra vida
y el único que puede librarnos de la adicción es Dios, con razón David escribió
lo siguiente:
“Examíname, oh Dios, y conoce mi
corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de
perversidad, y guíame en el camino eterno.” Salmos 139: 23-24 (RVR 1960)
No hay médico
que haga mejor examen a nuestra vida que Dios, su diagnóstico para toda la
humanidad ha sido el siguiente:
“Y
el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y
que toda intención de los pensamientos de su corazón era
solo hacer siempre el mal.” Génesis 6: 5 (LBLA)
“El
corazón es engañoso y perverso, más que todas las cosas. ¿Quién puede decir que
lo conoce? «Lo conozco yo, el Señor, que escudriño la mente y pongo a
prueba el corazón; que pago a cada uno según su conducta y según el
resultado de sus obras.»” Jeremías 17: 9-10 (RVC)
“…porque
es vergonzoso aun hablar de las cosas que ellos hacen en secreto.”
Efesios 5: 12 (LBLA)
“Como
está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No hay
quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.” Romanos
3: 10-12 (RVR 1960)
No hay nada que
hacer, peor que un cáncer terminal, su diagnóstico final no solo es la muerte
sino la separación eterna con el Creador. Esto nos debe aterrorizar de tal
manera que nos quebrante por completo, entender a profundidad el pecado es
comprender nuestra condición delante de Dios para que nos espantemos con tanto
miedo como podamos y decir con sinceridad desde nuestro interior tales palabras
que dijeron Isaías y Pedro:
“Entonces dije: ¡Ay de mí! Porque
perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de
labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los
ejércitos.” Isaías 6:
5 (LBLA)
“Al ver esto, Simón Pedro cayó a
los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador!” Lucas 5: 8 (LBLA)
Delante de la
Santidad de Dios no hay ningún ser humano que pueda estar de pie, porque es
eternamente inmensa, perfecta, sublime que destruye por completo toda sombra de
pecado, por lo que moriríamos de inmediato si estuviéramos delante de la
Santidad de Dios, es tan sublime que ni aun los mismos ángeles pueden acercarse
directamente ante ella.
“El
año en que murió el rey Uzías, vi al SEÑOR sentado en un trono muy alto. Los
bordes de su manto llenaban el templo. Sobre él se veían ángeles
serafines, con seis alas cada uno. Con dos alas se cubrían el rostro, con otras
dos se cubrían los pies y con las otras dos volaban. Ellos se decían el
uno al otro:
«Santo,
santo, santo es el SEÑOR Todopoderoso.
Su gloria llena toda la tierra».”
Isaías
6: 1-3 (PDT)
“Y
añadió: No puedes ver mi rostro; porque nadie puede verme, y vivir.”
Éxodo 33: 20 (LBLA)
“Buscad
la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Hebreos 12: 14 (LBLA)
La única
solución a la terrible condición humana es la salvación del Señor, el
evangelio, la buena noticia para todo aquel que cree en Jesucristo la cual
dice:
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió
Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha
sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.” Juan 3: 16-18 (RVR 1960)
“…aquel
que es poderoso para guardaros sin caída y para presentaros sin mancha en
presencia de su gloria con gran alegría” Judas 1:24 (LBLA)
“…Dios,
que da vida a los muertos y llama a las cosas que no son, como si fueran.”
Romanos 4: 17 (NBLA)
Si Dios no ha
empezado una obra en ti entonces nunca la terminara, por eso el primer llamado
que se hace a toda persona es al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo.
“…estando convencido precisamente de
esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el
día de Cristo Jesús.” Filipenses
1: 6 (LBLA)
Una vez que el
Señor ha dado vida, nueva vida, a una persona, le muestra su Camino, nos revela
más claramente su Palabra, poco a poco, haciendo que nuestro andar se convierta
como la luz de la aurora que va de aumento en aumenta hasta que el día se hace perfecto.
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