COMPASIVOS PERO NO PERMISIVOS

 

La compasión que Dios ha tenido con nosotros no tiene comparación, porque merecíamos el castigo de nuestro pecado puesto que de alguna u otra manera hemos quebrantado su Ley, de tal manera que somos solo merecedores del infierno, pero Dios por su compasión nos salvó del horrendo castigo que nos esperaba, por lo tanto LE DEBEMOS TODO, tanto asi que no podemos pagarle ni siquiera con nuestra vida lo que hizo por nosotros, pero si podemos entregarle nuestro vida como ofrenda de gratitud por su perdón y salvación.

“Porque el juicio será sin misericordia para el que no ha mostrado misericordia. La misericordia triunfa sobre el juicio.”

Santiago 2: 13 (NBLA)

Sin misericordia nuestro juicio seria la condenación, pero gracias a la misericordia de Dios, el Señor nos ha justificado por medio de la fe en Jesucristo a todos aquellos que nos hemos arrepentido y creído en el evangelio que nos enseña que Dios no pasó por alto el pecado de nosotros, sino que en Jesucristo fue pagado para todo aquel que cree. Por lo anterior seamos compasivos, pero no permisivos, porque se puede confundir, lo cual no es bueno, debido a que el pecado no es algo que Dios ignore sino como Juez justo debe juzgarlo, entonces no lo ignoremos sino batallemos en contra de este gran mal en nuestra vida y en la vida de otros ayudándoles en sus debilidades, recordando que solo en Jesucristo pueden vencer, por esta razón compartiendo del evangelio a todos, sin hacer acepción de personas, de una manera compasiva considerándonos a nosotros mismos, recordando que solo la Misericordia de Dios nos ha sostenido y que aunque nuestros pecados sean muchos Su Gracia es mayor, no para tenerlo como excusa y seguir en el pecado sino para acercarnos confiadamente ante Dios por su Gracia y dejar atrás el pecado que nos contamina, por esta razón el Señor de manera constante les dijo a quienes se acercaban a El después de responder a su necesidad “VETE, Y NO PEQUES MÁS” (Juan 5: 14, 8: 11). Jesucristo no vino a condenar a las personas sino a salvarlas de su pecado para que no anden más en la esclavitud del pecado, por lo tanto cree en su Palabra y aléjate de todo aquello que te quiera llevar al pecado y acércate a todo lo que te lleve a amar más a Dios y a la Palabra de Dios, amigos que compartan la fe en Jesucristo, reúnete en una iglesia de sana doctrina si aún no lo haces, pero sobre todo pasa tiempo a solas con el Señor orando y leyendo su Palabra, no solo leyéndola sino guardándola en tu corazón como un tesoro valioso para obedecerla, porque es en la Palabra de Dios que somos santificados aquellos que hemos sido salvos por la Gracia Redentora de Jesucristo.

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.” Juan 17: 17 (RVR 1960)

Conforme a lo anterior podemos concluir que la única manera de andar por el sendero de la santificación y vencer cualquier adicción y vergüenza es dejar de mirar al pecado y concentrarnos primeramente en Dios y en sus virtudes, porque a medida que pasemos más tiempo con el Señor el pecado va a ir perdiendo peso, hasta ser insignificante, lo anterior tiene que ir acompañado de decisiones radicales que sacrificaran nuestro orgullo, decisiones que son de importancia tomar para crecer y madurar espiritualmente, decisiones que hacen dar pasos de fe y que tienen su mirada en Cristo, porque solo de esta manera será posible vencer en nuestras batallas espirituales diarias a la carne, satanás y el mundo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

EL CONOCIMIENTO ENVANECE

NO PUEDES EVITAR QUE UN PÁJARO VUELE SOBRE TU CABEZA

EL CONOCIMIENTO ES VANO SIN EL ENTENDIMIENTO