ADICCIÓN A LA TECNOLOGÍA

 En esta época de sobresaturación de TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) nos enfrentamos a un mal llamado tecnodependencia o culto a la tecnología, el cual ha buscado destruir muchas vidas principalmente de niños y jóvenes. Según algunos estudiosos del tema la adicción a la tecnología no existe, o no la catalogan como adicción primaria sino secundaria, es decir que la tecnología se convierte en el medio del adicto para satisfacer su adicción primaria que podría estar vinculada a lo sexual (pornografía, cibersexo), al dinero (casino, apuestas), entre otras (Davis, 2001). Lo anterior nos revela que el problema principal no radica en la tecnología sino en el alma que se encuentra inquieta, por lo que busca escapar del peso de la realidad refugiándose en un mundo falso que aparentemente ofrece mejores condiciones sensoriales, pero su fin real es la destrucción.

La tecnología es un medio neutro que puede ser bueno o malo según el uso que se le haga, igual que la marihuana, pero si una persona no puede estar cerca de un celular o computador sin control y autonomía lo mejor es que busque estrategias como dejar el uso del smartphone, usar el celular solo en lugares públicos o restringir el uso del mismo a ciertas horas del día, lo importante es que trabaje primeramente en la mente, donde albergan los pensamientos, porque de lo contrario cualquier estrategia que se haga se convertirá en un total fracaso, así mismo recordemos que no se logra de la noche a la mañana ser libres de la adicción, aunque para algunas personas sí, como se explicó con anterioridad, porque es bueno comprender que no todas estamos en el mismo proceso para que evitemos juzgarnos y/o destruirnos entre nosotros mismos.

En este punto es necesario también marcar una clara diferencia entre personas que dependen de un tipo de tecnología, por alguna situación particular como el trabajo o algo aún más necesario como por salud, y las personas adictas que usan su celular o computador hacia una acción contraproducente, autodestructiva, constante y sin control.

En los computadores fueron registrados los videojuegos como los primeros objetos de adicción en las TIC, pero recientemente se reconocen muchísimos más, como la pornografía, debido a la gran cantidad de aplicaciones que ofrece este sistema, fortaleciendo en muchas personas algunas conductas adictivas e iniciando a otros en estos vicios.

Muchos desarrolladores de software han sido muy estratégicos para ganar dinero, porque han creado softwares cada vez más atractivos y reales, como por ejemplo los juegos que cada día pretenden ser más reales para provocar mayor adicción en los niños, haciendo que ellos, debido a tanta sobre-estimulación, ya no quieran hacer cosas tan sencillas pero que debieran disfrutar como salir al parque a jugar con otros niños, lo que ha estado guiando día a día a una sociedad cada vez más entregada al ocio, a la pereza y a las adicciones.

La formación de identidad en niños y jóvenes es cada día más vulnerable y tristemente dependiente a celulares, cuando la identidad se relaciona principalmente con la independencia y la autonomía. Solo Dios puede dar libertad al que está ansioso, angustiado y esclavo por el pecado, porque El venció al pecado y a su fiel compañera llamada muerte. Dios nos regala la victoria a todos los que creemos en El.

Los problemas a nivel físico que han traído las adicciones se encuentran principalmente en los neurotransmisores, los cuales son agentes químicos que buscan controlar los estados emocionales, pero estos problemas no se resuelven con drogas, porque si las drogas fueron su problema no serán su solución. La adicción es un mal que requiere ser detenido antes que se convierta en algo mucho peor y casi irreparable.

La revista Cambio en edición especial de los lectores (17 al 24 de mayo del 2004) escribió: “el doctor Ivan Goldberg, psiquiatra de la universidad de Columbia (EE.UU) lo denominó desorden de adicción a internet y destacó como síntomas los cambios drásticos en los hábitos de vida, la disminución generalizada de la actividad física, la privación o la modificación en los patrones de sueño, el rechazo a actividades fuera de la vegetación en la red, y negligencia respecto al trabajo y a las obligaciones personales” (p.80). Las adicciones afectan gravemente la vida social de un individuo así como su área física, pero puede recuperarse de su daño integral si se arrepiente y sigue el debido proceso de restauración. Los neurotransmisores pueden alterarse y empezar a acomodarse a la situación adictiva del sujeto, pero esto puede cambiar gracias a la neuroplasticidad y plasticidad sináptica que nos ha enseñado que la sinapsis puede ser modificable, por lo tanto, decir que el adicto no dejara de ser adicto es una mentira útil del sistema para tener esclavos a su orden. Lo cierto es que solo Dios puede dar libertad a un hombre esclavo.

La psicología tiene como objeto de estudio el alma, pero no ha podido entenderla porque ha ignorado a Dios, no creyendo la verdad que enseña que solo en Dios el alma puede ser conocida, valorada y bendecida. Por lo anterior la psicología no es una respuesta adecuada para el problema de un alma abatida y esclavizada por el pecado, sino solo Jesucristo.

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