POR LO TANTO HONREMOS A DIOS CON NUESTRO CUERPO Y MENTE

 Por tanto, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, que es el culto racional de ustedes. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de Dios: lo que es bueno y aceptable y perfecto.” Romanos 12: 1-2 (NBLA)

 

“Por tanto” es una palabra clave para poder entender estos versículos, porque esta palabra nos dirige inmediatamente a todo lo anterior, por lo que no podemos verla separada de todo lo que nos ha enseñado Dios desde Romanos 1 al 11. Estos dos versículos nos enseñan un mandamiento que debe ser obedecido en el entendimiento de lo anterior, y a modo general se ha enseñado que el ser humano por naturaleza es un pecador, no es un pecador porque peca sino que peca por ser en esencia pecador desde su nacimiento, desde el  Pecado original todos los seres humanos son pecadores y culpables delante del Santo Dios (Romanos 1-3:20), por lo tanto no puede ser justificado por ninguna obra que haga, nada lo puede declarar recto o justo ante Dios sino solo el milagro de la justificación de Dios por medio de la fe en Jesucristo, solo Jesucristo puede declarar legalmente justo, no culpable al pecador, y solo en Él hay reconciliación, paz para con Dios, muerte al pecado para servir integralmente a Dios  (Romanos 3: 21-6), lo que no significa que el cristiano, es decir el que ha sido reconciliado con Dios por medio de Jesucristo, viva sin pecado, sino que ahora vive en contra del pecado, este es su más grande enemigo que ya fue derrotado y solo es derrotado diariamente en la fe en Jesucristo, en reconocer con absoluta confianza en que Jesucristo ya venció, y de esta manera el cristiano vive en victoria en su camino de la santificación, por medio del poder del Espíritu Santo que lo fortalece en el amor de Dios (Romanos 7-8).

Dios en su Soberanía tomó un pueblo para si mismo, desde antes de la fundación del mundo, este pueblo es llamado Iglesia en la cual no debe haber disensión o división sino unión , como si fueran un mismo cuerpo, porque en Jesucristo lo son, por lo tanto deben evitar el orgullo y confiar en la cabeza del cuerpo que es Jesucristo (Romanos 9-11) y es de esta manera que podrán servir a Dios conforme a su santa voluntad. La acción del servicio a Dios debe ser correspondida a la motivación del corazón, en reconocer que todo, aun el servir a Dios se lo debemos a Dios, por esto el apóstol Pablo empieza esta sección del servicio a Dios diciendo “hermanos, os ruego por las misericordias de Dios”, porque la motivación de la acción del creyente en el servicio a Dios deben ser la grandes misericordias de Dios.

La acción de gratitud correcta del creyente, no para su salvación sino por su salvación, debe ser presentar su cuerpo como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, esto no quiere decir que se vuelva asceta, monje o que haga un voto de celibato, sino que la mejor manera de honrar a Dios como cristianos es ofreciendo nuestro cuerpo a Dios, porque reconocemos que le pertenece a Dios, por lo tanto no lo debemos entregar a la inmoralidad sexual sino a la santidad que evita: la codicia, la fornicación y el adulterio, pero se goza en el matrimonio, en el amor y en la paz. Aunque este sea un punto importante no debemos olvidar que honrar a Dios con nuestro cuerpo tambien significa no entregar nuestro cuerpo a la bulimia, el narcisismo, el culto al cuerpo, la gula, o cualquier otro acto pecaminoso que solo deshonra nuestro cuerpo. Este pasaje hace referencia al cuerpo, no al alma, porque en aquella época había una creencia, como actualmente muchos tambien creen, entre los romanos llamada dualismo platónica que enseñaba que el alma era buena pero el cuerpo malo, por lo tanto se podía entregar a la porneia sin ningún sentimiento de culpa mientras su alma estuviera purificada, pero esta falsa enseñanza es una doctrina del mal que solo busca degradar la dignidad humana menospreciándola por completo.

Lo anterior es un llamado de atención. No debemos pensar como cristianos que adorar a Dios significa simplemente cantar unas canciones de alabanza y llorar a gritos, sino la adoración verdadero a Dios es entregar nuestra vida completa a Dios porque es este el culto racional, es lo más sensato que podemos hacer, porque es la forma de expresar gratitud a Dios en la que Él se agrada. Cuando anhelamos la pureza sexual agradamos a Dios, cuando no nos amoldamos a este mundo y sus modas, sino estudiamos con diligencia las Escrituras para servir fielmente a Dios con todo lo que somos, nuestra mente y cuerpo, agradamos a Dios, adoramos a Dios, y podemos comprender mejor, con claridad cual es la buena voluntad de Dios, la cual es buena, agradable y perfecta, por lo tanto guardemos en nuestro corazón estas palabras y procuremos ser fieles a Dios en todo.

 

SDG

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