POR LA FE TE MANTIENES FIRME

“Dirás entonces: «Las ramas fueron desgajadas para que yo fuera injertado». Muy cierto. Fueron desgajadas por su incredulidad, pero tú por la fe te mantienes firme. No seas altanero, sino teme” Romanos 11: 19-20 (NBLA)

Las ramas desgajadas se refieren al Israel que rechazó el evangelio (Romanos 11: 17), en cambio el que lo ha recibido por medio de la fe es esa rama natural (judíos) y silvestre (gentiles) que ha sido injertada, para ser parte de un mismo pueblo, por lo que no tiene de qué enorgullecerse, sino mucho que agradecer a Dios por hacerlo parte de Su Pueblo. No hay dos pueblos de Dios, solo hay un pueblo de Dios en donde hay judíos y gentiles que por medio de la fe forman parte de la Iglesia, el cuerpo de Jesucristo.

La causa de que algunas ramas fueron separadas del tronco fue su incredulidad, su rechazo claro a Jesucristo, y eso no debe ser causa de enaltecernos sobre ellos, sino que debe ser una razón para temer, para humillarnos con gozo, porque si no todos los israelitas, del pueblo de la promesa, fueron salvos, ¿Qué nos asegura que todos los gentiles lo son? Nadie puede asegurar la Salvación de la condenación eterna sino solo Dios por medio del testimonio del Espíritu Santo a todo aquel que cree en Jesucristo, por lo tanto seamos humildes y reconozcamos continuamente que ha sido por Gracia, no por obras, que fuimos injertados y continuemos perseverando por medio de la fe, porque por la fe es que podemos mantenernos firmes en la fe, perseverando en medio de cualquier situación, y la fe es confianza absoluta en Jesucristo, la Segunda Persona de la Trinidad, en quien el Trino Dios se ha revelado al hombre. Oremos:

“Gracias Dios, mi Señor, por tu dulce e inmerecido amor que por Gracia me proveyó salvación, perdónanos porque en muchas ocasiones nos creemos mejor que los demás, como algunos gentiles se creían mejor que los judíos, nosotros muchas veces dejándonos llevar por el orgullo nos creemos mejor que otros, pero no debe ser asi, sino que ha sido por tu Gracia que nos has perdonado y dado vida, gracias por darnos esta fe y te pedimos que nos sigas fortaleciendo en la fe y guíes a los que no te conocen a tu Salvación, por tu compasión y misericordia, conforme a tu voluntad en el nombre de Cristo Jesús. Amen.”

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