LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE SON HIJOS DE DIOS
“Porque no quiero,
hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a
vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que
haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo,
como está escrito:
Vendrá de Sion el
Libertador,
Que apartará de Jacob
la impiedad.
Y este será mi pacto
con ellos,
Cuando yo quite sus
pecados.
Así que en cuanto al
evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la elección,
son amados por causa de los padres.”
Romanos 11: 25-28
(RVR 1960)
En este pasaje Pablo está diciéndonos que hay
un misterio, algo que es muy difícil de comprender o explicar, pero que es
necesario que sepamos para evitar ser arrogantes y es que una parte de Israel
ha sido endurecida hasta que hayan entrado a la salvación la totalidad de
gentiles elegidos. Como bien dijo Pablo es un misterio, no es fácil explicarlo
pero se entiende que tiene un propósito el endurecimiento de la gran parte de
Israel que tambien se puede ver a la luz de Juan 1: 11 que dice “A lo suyo
vino, y los suyos no le recibieron”, estos suyos se refieren al pueblo de
Israel que fue endurecido “mas a todos los que le recibieron, a los que creen
en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son
engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino
de Dios” (Jn 1: 12-13).
Después de que la plenitud de los gentiles
sea salva todo Israel será salvo, este Israel se puede entender como el Israel
étnico o el espiritual que es la Iglesia. En esto hay gran dificultad de
responder a cual de los dos se refiere, pero creería que es al último, porque
cuando cita a Isaías 59: 20-21, se refiere “a los que se volvieron de la
iniquidad en Jacob”. Observemos este pasaje de las Escritura que cita Pablo:
“Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se
volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová. Y este será mi pacto con
ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse
en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca
de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.”
En definitiva se refiere a los de Israel,
pero no a todos sino a los que se volvieron de la iniquidad, estos son aquellos
que hacen parte del Israel étnico pero tambien del Israel espiritual, los
cuales en cierta manera tienen primacía porque fueron el pueblo étnico del
pacto, se podría decir que fueron los primeros cristianos y por medio de quien
el Señor se dio a conocer a las naciones. Lo anterior debe llevarnos a concluir
en lo que escribió Tercio, el amanuense de Pablo, en esta carta: “Así que en
cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros; pero en cuanto a la
elección, son amados por causa de los padres.” Enemigos debido a que los judíos
de corazón endurecido no podían reconocer el evangelio de la Gracia, pero
amados porque la historia de la redención escrita en el Antiguo y Nuevo
Testamento debe llevarnos a amarlos en agradecimiento a Dios porque Dios los
usó para que pudiéramos conocerle. De nuevo, quisiera hacer énfasis en que lo
anterior nos sirve como cristianos para recordar que la Biblia nos enseña la
historia de la redención que en el Antiguo Testamento tuvo unos comienzos desde
el jardín del Edén y posteriormente Dios escogió a un pueblo para darse a
conocer al que llamó Israel y de ellos escogió a Judá como la tribu en la que
nació el Mesías, la Simiente prometida que vino al mundo a reconciliar al
hombre con Dios y todo aquel que en Él cree tiene la esperanza segura de que ya
ha sido reconciliado con Dios en la muerte expiatoria de Jesucristo, que
significa que en Cristo, la deuda del pecador que cree, la cual es la
condenación eterna, ha sido pagada, por lo tanto ya no tiene culpa de pecado en
Él. No es en una nacionalidad o tradición que somos redimidos y liberados de la
esclavitud del pecado, sino en Jesucristo que tenemos la esperanza de que aun
nuestro cuerpo será restaurado, resucitado después de morir para no morir más,
porque como en su muerte fuimos sepultados al pecado en su resurrección seremos
resucitados para la vida eterna en un cuerpo glorificado. Gloria sea solamente
a Dios.
SDG
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