LA LIBERTAD GLORIOSA DE LOS HIJOS DE DIOS
“Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora” Romanos 8: 20-22 (RVR 1960)
La gloria venidera es la promesa de Dios que
como ancla firme nos afirma y fortalece en nuestra santificación, es en los
nuevos cielos y la nueva tierra que debemos esperar como cristianos, no en este
mundo, no es importante si tenemos o no riquezas sobre esta tierra como el tener
reservadas en los cielos coronas de victoria. Los anhelos y sueños de nuestro
corazón revelan en donde estamos, si nuestros deseos más profundos se
encuentran en el Señor, tenemos la esperanza de la plena libertad de la
esclavitud a la corrupción.
La esperanza son nuevos cielos y nueva tierra
para los que nos hemos arrepentido de nuestros pecados y hemos creído en
Jesucristo, es decir para aquellos que por la Gracia de Dios hemos nacido de
nuevo, pero si tu corazón sigue en este mundo, en su corrupción y en su
jactancia, entonces ¿Por qué esperas nuevos cielos y nuevas tierras? Si aun no
reconoces que la más grande corrupción nace en tu corazón, no tiene sentido que
esperes lo que no tendrás. La esperanza de un mejor lugar con un cuerpo
glorificado en donde el pecado y la muerte ya no existe más es para quienes
aman a Dios y odian el pecado, aquellos que luchan diariamente en contra de sus
tentaciones, que caen pero vuelven a ser levantados por la Gracia de Dios que
los escogió, ellos son mansos y humildes de corazón, que tienen su mirada en
Jesucristo, porque en Jesucristo han sido salvos para vivir en santidad en la
esperanza de la libertad gloriosa de los hijos de Dios.
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