TEN PACIENCIA Y SIGUE
“No
te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen
iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se
secarán. Confía en Jehová, y haz el bien; y habitarás en la tierra, y te
apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá
las peticiones de tu corazón.” Salmo 37: 1-4 (RVR 1960)
La paciencia es esperar
con gozo mientras se está sirviendo a Dios, es no cansarse de hacer el bien
sino seguir haciéndolo aunque estemos cansados, pero no es un don del hombre
sino es parte del fruto del Espíritu Santo en la vida del que cree en
Jesucristo.
Un fruto no se consigue de
un día para otro sino en el proceso de regar, cuidar la planta y que esta se
alimente tanto de los nutrientes del suelo como de la energía del sol y aquella
planta podría representarnos a nosotros, es decir que se hace necesario que nos
alimentemos de los nutrientes del suelo fértil que es la Palabra de Dios y
disfrutemos día a día del Señor de tal manera que se verá el fruto del Señor en
nuestra vida de una manera natural en lo sobrenatural.
La impaciencia es normal y
cotidiana, pero la paciencia aguarda con tranquilidad aun cuando observa al
malo prosperar porque sabe cuál es su fin, la paciencia como nos lo enseña Dios
no es de este mundo, es importante por lo tanto que no nos dejemos llevar por
la corriente del sistema ni por sus afanes sino que dejemos a Dios toda carga,
así como toda obra que hagamos, disfrutando cada día más su perfecta y santa
voluntad, confiando en que solo en El tenemos libertad, seguridad y gozo
verdadero.
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