AMÉMONOS UNOS A OTROS

 

El amor genuino debe ser la característica esencial del cristiano en toda su manera de vivir, es decir que la motivación principal de todo lo que hagamos, digamos o pensemos debe ser el amor.

“En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Juan 13: 35 (RVR 1960)

El amor que decimos tener a Dios debe ser expresado también hacia nuestros hermanos, pero si decimos que amamos a Dios y aborrecemos a nuestro prójimo nos engañamos a nosotros mismos, porque ¿Quién puede amar a Dios a quien no ve y odiar a su hermano a quien ve? No podemos ser incoherentes en nuestra vida cristiana, si Dios nos perdonó debiéramos también perdonar también a nuestros ofensores, si Dios nos amó y nosotros hemos creído en su amor, entonces como evidencia o fruto de nuestra fe debiera estar el amarnos unos a otros.

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