SER LUEGO HACER
La esencia, el ser, es lo más importante que tiene el ser humano, más que lo que hace es lo que es, pero lamentablemente se ve en esta sociedad que se aprecia más lo que se hace que lo que se es, por esta razón se excluyen a muchas personas, como las personas con discapacidad, porque se cree que no pueden hacer nada y por esta razón muchos los menosprecian, pero Dios no, porque sus ojos están atentos al humilde, mas al altivo mira de lejos (Salmos 138:6).
Es
triste observar como en la sociedad se desprecia al ser humano, por su mal
obrar antes que, por su naturaleza pecaminosa, cayendo así en una
incompatibilidad. Es que un hombre malo no puede hacer buenas obras, aunque
parezcan buenas, primero necesita nacer de nuevo, morir al pecado, mas esta
nueva naturaleza no proviene del hombre sino de Dios, por esta razón la filosofía
o la educación no generan verdadera transformación.
El
ser se refiere a algo más que una identidad o un concepto humanista es la esencia
del ser humano que no puede ser definida en simples palabras, porque supera la
misma mente finita de todo hombre, pero no la mente de Cristo, quien conoce muy
bien al hombre, sabe perfectamente cómo fue creado, con rectitud, pero que su
propio pecado lo ha condenado, por esta razón es que por amor y con mansedumbre
se hizo hombre para tomar el lugar de condenación que merecíamos en la cruz,
dejando sepultados nuestros pecados, una vez y para siempre, para que todo
aquel que en El cree no se pierda más tenga vida eterna.
“¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.” Romanos 8: 34 (LBLA)
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