NO PODEMOS SEGUIR SIENDO CRISTIANOS PASIVOS
Todo el mundo va en diferentes
direcciones, en ese transcurrir nos estrellamos con personas que no quisiéramos
ni mirar, pero el Creador nos las presenta, ¿Por qué? No sabemos con exactitud,
pero lo importante es pensar en el para qué, el propósito, que no puede
reducirse en la simplicidad.
“Y
no os adaptéis a este mundo, sino transformaos mediante la renovación de
vuestra mente, para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios: lo que es
bueno, aceptable y perfecto”
Romanos 12: 2 (LBLA)
La juventud es la etapa que más desea,
con ansiedad, la libertad. Los jóvenes quieren ser libres de la opresión que
sienten constantemente, pero esta emancipación es una total ilusión cuando sus brújulas
son la racionalización, religión o tradición.
Las luchas constantes de estas diferentes
direcciones, pensamientos y doctrinas humanas no nos pueden hacer impacientar,
las ofensas que el sistema continuamente hace a Dios y a su Palabra no deben
hacer alterar nuestros ánimos, sino, por el contrario, darnos prudencia e
inteligencia para poder cumplir nuestra misión con sabiduría e integridad.
“No te impacientes a causa de los malignos,
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.
Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.”
Y como la hierba verde se secarán.”
Salmos 37: 1-2 (RVR 1960)
Aquellos engañadores del mundo y
emisarios de satanás son personas malignas cuyo fin es desastroso, por lo
tanto, no perdamos el tiempo discutiendo con ellos, ni mucho menos los
envidiemos, porque eso es lo que desean, más bien aferrémonos a Dios y a su
Palabra para no caer en las trampas de Satanás que constantemente busca
hacernos caer a través de ellos.
El cristiano pasivo no hace referencia a
lo que el mundo entiende por pasivo, que es relacionado a una persona
tranquila, sino se entiende como aquel nacido de nuevo que no se acerca a Dios
continuamente, sino permanece enclaustrado en los afanes del mundo, llevando
una vida desordenada delante de Dios, por lo tanto, no tienen frutos visibles
que honren a Dios. Ellos no quedaran sin castigo, porque “EL SEÑOR AL QUE AMA, DISCIPLINA, Y AZOTA A TODO EL QUE RECIBE POR HIJO”
(hebreos 12: 6 (LBLA)).
Las instituciones parecen ser nuestros
principales enemigos, como las mismas academias nos enseñan, pero ¿seran
verdaderamente nuestros mayores adversarios? No es fácil para un “cristiano
posmoderno” estar de acuerdo con lo que Dios dice en su Palabra referente a las
instituciones, pero se debe comprender que quien ha nacido de nuevo no tiene el
mismo pensamiento que la corriente del sistema, por lo tanto, no puede existir
algo como cristiano posmoderno.
“Amados,
yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos
carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de
vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de
malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar
vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución
humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él
enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque
esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de
los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la
libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad
a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.”
1 Pedro 2: 11- 17 (RVR 1960)
Las instituciones no son nuestro enemigo
sino la oportunidad de Dios para que las personas lo glorifiquen. Nos gustaría poder
conquistar el mundo para Dios, sin necesidad de socializar con la gente ni
estar inmersos en el sistema, pero es imposible. No podemos pretender que las
personas crean en Dios cuando nosotros no nos sometemos a su Palabra, por lo tanto,
la misión de Dios hacia nosotros es integral, comprende una vivencia que nos hará
remover las ramas secas en nuestra vida, con el fin de producir un fruto
agradable delante de Dios.
El hedonismo, suplir el placer de la
carne es uno de los valores del mundo que más ha hecho caer a muchos hijos de
Dios, debido a que no han comprendido el significado de servir a Dios. Somos frágiles,
cualquiera puede caer, pero la situación es que lo comprendamos, no creyéndonos
firmes, con el fin de acercarnos a Dios continuamente a través de la oración y
de la obediencia a su Palabra.
La nueva vida en Jesucristo, es gracia de
Dios, que comprende una única y misma dirección. La Palabra de Dios es nuestra brújula,
lámpara y guía para poder transitar en este sendero de la vida, por lo tanto,
solo seremos cristianos activos cuando avancemos en el camino que Dios
predestinó para cada uno de nosotros.