NO CONFÍES EN EL DINERO
Trabajar duro, noche y
día, esforzarse y dedicarse completamente para conseguir dinero es un total
fracaso. No se puede obtener ningún fruto gratificante cuando se trabaja solo
por dinero.
El dinero se va muy rápido,
es tan pasajero que se nos olvida que alguna vez lo tuvimos. Son muchos los
empresarios que nos pueden relatar como en sus vidas han tenido tanto dinero
como tan poco, por eso es que viven con miedo de poder perderlo todo.
No confiemos en el
dinero, no lo busquemos, es decir, no trabajemos por dinero sino por el deseo
de agradar a Dios. Solo en este camino nuestro esfuerzo tendrá sentido.
“Trabajad, no por el alimento que perece, sino
por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre os
dará, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su
sello” Juan 6: 27 (NTV)
El trabajar para Dios
tiene la mejor remuneración, porque es para alimento eterno. Por lo tanto, no
sirvamos al dinero sino a Dios.
“Ningún siervo puede servir a dos señores;
porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará
al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.” Lucas
16: 13 (RVR 1960)
El que sirve al dinero
odia a Dios, pero quien ama a Dios no se preocupa por el dinero porque reconoce
que Dios es dueño de todas las riquezas.
“Finalmente, amados hermanos, les rogamos en
el nombre del Señor Jesús que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal
como les enseñamos...” 1 Tesalonicenses 4: 1 (NTV)
Si el dinero es tu
dios te invito a que te acerques al verdadero y único Dios, por medio de la
gloria de la cruz de Jesucristo, y reconozcas tu fragilidad e incapacidad
delante de Él, de hacer lo que es bueno y agradable para El, pero que en verdad
crees que en Jesucristo tienes esperanza para que tus ojos se abran y tus
miedos desaparezcan a fin de que sea tu Señor el mismo que te creo, tomando el timón
de todo tu ser.