LAS SILLAS MARCADAS DE LOS LÍDERES
Líderes
cristianos, que se suponen deberían estar para servir y no para ser servidos,
han tomado unos puestos que no quieren entregar.
Líder,
en su buena definición, es la persona ejemplar que un grupo busca imitar. Los
líderes cristianos de la iglesia como Pedro, Pablo y Juan eran dignos de imitar
porque eran imitadores de Cristo. Pablo dijo:
“Sed imitadores de mí, así
como yo de Cristo.” 1
Corintios 11: 2 (RVR 1960)
La
imitación que se refiere la Biblia a Cristo no es de su deidad, es decir que el
hombre no puede creerse igual a Dios, no puede hacer lo que Jesucristo hizo en
la tierra porque Jesucristo es Dios. Lo que a imitar de Cristo se refiere es a:
“Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no
estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó
a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y
estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente
hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó
hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el
nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la
tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre.” Filipenses 2: 5-11 (RVR 1960)
“Venid a mí todos los que estáis
trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y
aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para
vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.”
Mateo 11: 28-30 (RVR 1960)
Jesucristo
nos salvó y nos dejó su ejemplo para seguirlo, que es la humildad, la
mansedumbre y la obediencia a la Palabra de Dios. Solo en Jesucristo, siguiendo
sus pisadas y reconociendo que es el Señor, hallaremos verdadero descanso.
Muchos
líderes entienden poco o nada de lo que significa ser discípulo de Jesucristo,
porque están aferrados a un trono que ellos mismos han construido. Los líderes
que tienen sus sillas marcadas son aquellos que no tienen el mismo sentir que
hubo en Jesucristo porque se han refugiado en un lugar de cuatro paredes,
detrás de un grupo de personas, de un pulpito, o mejor dicho de una religión.
Sus ministerios están sellados con sus nombres, sus estudios, y multitud de
personas, pero su corazón se encuentra lejos de Jesucristo.
Aquellos
líderes no deben ser nuestra mayor preocupación sino la de convertirnos como
ellos. David entendió, mientras fue perseguido por Saúl, que ser rey no
significaba agradar a un pueblo sino a Dios, tener un trono sino obedecer a
Dios, enseñar sus riquezas materiales sino la Palabra de Dios.
La
desorientación del mundo es evidente a nuestra vista, escuchamos constantemente
que entre ellos se preguntan – ¿usted no
sabe quién soy yo? -. Pero lo peor de este asunto es que no reconocen su
necesidad del Señor prefiriendo buscar su identidad en el mundo, en las
personas, en el novio, en la novia, en el trabajo, en amistades, en posiciones,
etc.