¿DE DÓNDE PROVIENE EL HOMBRE?
La humanidad entera no es producto del azar
porque de la nada, nada sale, sino provenimos de una mano creadora: de Dios.
Dios, en su infinito amor, te creo a ti y a mí. La Biblia dice:
“En
el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
Génesis 1:1 (RVR 1960)
Dios en el original hebreo es Elohim (Dios
Padre, Dios Hijo (Jesús), Dios Espíritu Santo) que hace alusión
a la trinidad.
El primer hombre que el Señor creó se llamó
Adán y la primera mujer Eva. Ellos fueron creados para administrar
correctamente toda la creación del Señor. Dios los había creado perfectos,
conforme a imagen y semejanza de Dios. Sus pensamientos eran puros porque el
pecado no había entrado en sus vidas, pero Dios, para probar su obediencia, les
dijo:
“De
todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” Génesis 2:16-17 (RVR 1960)
Dios busca seguidores voluntarios que le
obedezcan por amor. Aun así, el hombre, tomó la peor decisión: desobedecer a
Dios.
“Y
vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos,
y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y
dio también a su marido, el cual comió así como ella.” Génesis
3:6 (RVR 1960)
El Pecado entró al mundo por la desobediencia
del hombre. Mas Dios en su infinito amor les preguntó por sus actos para que se
presentaran arrepentidos, pero el hombre no asumió su responsabilidad porque su
espíritu había muerto.
Dios en su infinito amor mandaría al Libertador
para salvarnos de la condenación que merecíamos por no hacer lo bueno ante los
ojos de Él.
Desobedecer el mandato de Dios trajo consigo
la separación del hombre con Dios, porque Dios es Santo, Santo, Santo y no
puede convivir junto al pecado. La Biblia dice:
“Por
tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la
muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.” Romanos 5:12 (RVR 1960)
Toda la humanidad está caminando hacia la
muerte, la muerte física que es consecuencia del pecado y la muerte espiritual
que es la separación de Dios con nosotros.
“Porque
la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo
Jesús Señor nuestro.” Romanos
6:23 (RVR 1960)
Dios tuvo misericordia de nosotros y
estableció una forma para acercarnos a Él. Por nuestras propias justicias u
obras jamás nos reconciliaremos con Dios sino únicamente a través de Dios. Dios
vino al mundo a traernos la salvación.
¿POR QUÉ JESÚS VINO A LA TIERRA?
“Así
que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres,
de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la
justificación de vida.”
Romanos 5: 18 (RVR 1960)
Jesús es 100% Dios y 100% hombre, porque si
hubiera sido un hombre común y corriente hubiera pecado, ya que la naturaleza
del hombre es pecaminosa desde la desobediencia de Adán y Eva.
Jesucristo fue el sacrificio perfecto para
anular todos nuestros pecados. El vino a la tierra para morir por nuestros
pecados. Dios se ofreció a sí mismo para tomar nuestros pecados, llevarlos a la
cruz y sepultarlos una vez y para siempre. En la muerte de Jesucristo podemos
morir al pecado. Mas Jesucristo no se quedó en una tumba sino resucitó al
tercer día. La resurrección de Jesucristo es la victoria frente a la
muerte, el pecado, y satanás; también es la esperanza de la resurrección para
vida eterna de quienes creen en Jesucristo como Señor y Salvador.
La salvación es un regalo divino que nos es
dado gratuitamente.
“Porque
por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9 (RVR 1960)
Nuestras obras nunca podrán reconciliarnos con
Dios sino solo a través de Jesucristo podremos ser salvos.
“Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” Juan
3:16 (RVR 1960)
Ningún hombre puede justificarse delante de
Dios por sus propias obras porque la maldad nace en el corazón del hombre desde
su nacimiento. Solo por la fe de Jesucristo, creyendo en Jesucristo, el hombre
podrá ser salvo.
“El
hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados
por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de
la ley nadie será justificado.” Gálatas 2: 16 (RVR 1960)