¿QUIÉN ES JESÚS PARA TI?
Tu entendimiento sobre Jesús definirá
tu dirección. Si Jesús no es tu Salvador ni tu Señor, entonces Él es un
farsante para ti y, eso, te hace en enemigo de Dios y de la cruz, porque no
crees que necesitas ser salvo de tus maldades, sino piensas que eres bueno,
prefiriendo vivir en hipocresía.
Las naciones y las personas
que las habitan están viviendo como si nunca fuesen morir, arraigadas a este
mundo, un mundo violento, sin esperanza, sin Dios y sin ley. Pero tienen que
saber que este planeta se está deteriorando y, con él, los seres humanos,
debido a la contaminación del pecado en el corazón del hombre. Las personas no
necesitan seguir luchando por un mejor planeta, porque ya está escrito que el cielo y la tierra pasarán, sino es
necesario que se piensen en la eternidad.
La vida y la muerte están en
las manos de Dios, así como tu eternidad, por lo tanto, entregar la vida a quien
puede salvarla del infierno merecido es lo más sabio. El infierno es lo que le
corresponde al hombre porque la infracción de la ley es condenación y nosotros
nos rebelamos ante el Señor, no obedeciendo su Palabra como debiésemos. No existe
persona en el mundo que pueda decir con franqueza que nunca ha deshonrado a
Dios, diciendo mentiras, irrespetando al prójimo, mirando con codicia los
bienes del otro, etc. Por lo tanto TODOS necesitan arrepentirse de sus
maldades, mirando a Jesucristo, no como un amuleto de la buena suerte, ni como
un ídolo hecho por hombres, sino como el mismo Dios que nos salvó.
¿Quién es Jesús para ti? ¿Es
el tu Redentor? Si Jesús no tiene significado en tu vida entonces no tienes el
amor de Dios en tu corazón sino solo el odio y el rencor, pero no permitas que
este siga creciendo en ti sino haz una decisión ahora. Humíllate ante Dios,
arrepiéntete por ser rebelde ante su Palabra, reconoce la Obra Redentora de
Jesucristo y no vuelvas a mirar atrás, sino sigue a Jesús. Si Jesús es tu buen
Pastor entonces no tendrás de que temer sino hallaras paz y reposo a tu alma al
obedecer sus mandamientos.
“Porque tú eres mi roca y mi fortaleza, y por amor de tu
nombre me conducirás y me guiarás.” Salmos 31: 3 (LBLA)